Encuentran 13 pelotas de hule en pirámide de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán

Arqueólogos hallan 13 pelotas de hule en el túnel de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, con las cuales los teotihuacanos probablemente jugaron en la única cancha del juego de pelota hasta el momento registrada en la zona arqueológica de Teotihuacán, Estado de México. Estos balones, que por primera vez se hallan en el sitio, miden entre 10 a 75 centímetros de diámetro y pesan 6.5 kilogramos.

“Son las únicas pelotas de hule que se han encontrado en Teotihuacán hasta ahora y fueron depositadas en la última parte del túnel de la Pirámide de la Serpiente Emplumada. Tenemos otra pelota justo antes de bajar al último tramo del túnel que corresponde a una esfera de hule natural porque las otras, al parecer fueron trabajadas”, destaca la arqueóloga Julie Gazzola.

La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explica que debajo de la Pirámide de la Serpiente Emplumada existe un túnel de 102 metros de largo que representa el inframundo y éste cuenta con un primer tramo a 15 metros de profundidad y un último a 17 metros, en donde los teotihuacanos depositaron los materiales más valiosos, entre ellos, las pelotas de hule.

—¿De dónde obtuvieron los teotihuacanos el hule?

—El árbol del hule no lo tenemos en Teotihuacán, se encuentra en Veracruz, Yucatán y Chiapas. Entonces si los teotihuacanos hicieron las pelotas, tuvieron que traer el hule natural desde esas regiones, con las cuales ya tenían contacto. Está comprobado que tuvieron contacto con culturas del Golfo y con los mayas.

Sin embargo, señala la experta, aunque en esas regiones también se jugó la pelota (tlachtli), existe la posibilidad de que pudieron comprarlas ya hechas, “pero es difícil saber si fueron los teotihuacanos o alguien más quien las fabricó”.

En cuanto a las fuentes documentales, Julie Gazzola detalla que en éstas se explica que el hule fue mezclado con el jugo de una planta: Ipomea alba, por lo tanto los arqueólogos deberán analizar los materiales orgánicos de las pelotas para encontrar que, en efecto, el hule se mezcló con ese jugo.

“Estamos en ese proceso de investigación. También se tendría que hacer análisis experimental: probar el hule natural y la mezcla de Ipomea alba. Otro estudio es hacer radiografía de la pelota para saber cómo está fabricada, si tiene un núcleo y si se ven las bandas de hule. Pero cuando el material es orgánico son difíciles los procesos porque no se conserva, tendríamos que probar con aparatos muy sofisticados y a veces no tenemos esas técnicas en México, tendríamos que sacar muestras y hacer análisis en el extranjero”, precisa.

—¿Cuál es el estado de conservación de las pelotas?

—El hule está bien conservado, tenemos una especialista que viene de Veracruz para monitorear el grado de consolidación del hule cada 3 o 4 meses porque las pelotas estaban en un ambiente muy húmedo y entonces podrían pudrirse de un día para otro.

PRIMERA CANCHA TEOTIHUACANA. A unos metros de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, arqueólogos hallaron en 2009 la mitad de una estructura de 123 metros de largo y orientada de norte a sur, que de acuerdo con los especialistas funcionó como cancha de juego de pelota durante los años 250 y 300 d.C.

“Hasta este descubrimiento no había una estructura del juego de pelota en Teotihuacán, los especialistas decían que no se jugaba a la pelota en estructuras sino con anillos movibles que se encontraron, por ejemplo, en el barrio de La Ventilla”, explica Julie Gazzola.

Esto es, añade, que en Teotihuacán se movían los anillos por donde debía pasar la pelota, la cual era manejada con la cadera. “Esos anillos se movían a cualquier plaza pública y ahí jugaban a la pelota. En los murales de Tepantitla tenemos varias representaciones de este juego de pelota “móvil” y no están en una cancha fija, por lo tanto, la cancha hallada sería la primera fija en Teotihuacán”.

—¿Qué significó el juego de pelota en Teotihuacán?

—El juego de pelota es un ritual de manera general en todas las culturas de Mesoamérica y representaba el movimiento del Sol. El Sol tenía que renacer y por eso era importante este ritual que terminaba con el sacrificio de uno de los equipos.

Sobre la estructura hallada, Julie Gazzola narra que la empezaron a excavar en 2009 pero sólo encontraron la mitad con un fragmento de yugo de piedra verde y una pelota de tepetate.

“Se realizó una excavación con objeto de localizar un marcador y fue localizada una oquedad circular rellena únicamente con tierra y piedras grandes, es posible que en este lugar haya existido un marcador pero fue desprendido”, precisa la arqueóloga.

—¿Cómo determinaron el uso de esta cancha de pelota?

—Al estar asociada a la Pirámide de la Serpiente Emplumada, al estar cerca del acceso principal del túnel y como en el interior del túnel, sobre todo en la última ofrenda, se encontraron varias pelotas de hule, pensamos que no hay mucha duda sobre el uso de esta estructura.

MÁS ESFERAS. En el túnel de la Pirámide de la Serpiente Emplumada los arqueólogos del INAH también hallaron esferas de pirita que miden 20 centímetros de diámetro y que posiblemente eran la representación del Sol.

“Los objetos que tenemos son alrededor de 400 esferas que se degradaron porque la pirita se oxida con el aire, entonces se trasformaron en jarosita y encontramos las bolas con su núcleo y alrededor una masa amarillenta propia de la degradación”, señala Gazzola.

No obstante, indica, el problema con estas esferas es que no existe en Mesoamérica otro lugar con tantos objetos de pirita. “Es complicado buscar una comparación con otros objetos de otro lugar, de manera personal, yo las comparo, a lo mejor, con astros solares por su aspecto dorado y reflejante”.

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