Trump no se disculpará por encerrar a niños migrantes

La creciente ola de críticas por la separación forzosa de niños de sus padres que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos, llegó ayer a Naciones Unidas y al Vaticano, poco después de conocerse que muchos de estos menores han sido confinados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal, donde duermen en jaulas, como mostraron el domingo a los periodistas los propios agentes fronterizos.

“Pensar que un Estado busca disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es inadmisible”, dijo Zeid Ra’ad Al Hussein, alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, quien pidió al gobierno de EU “poner fin inmediatamente” a esta “práctica cruel”, al abrir una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

Por su parte, el Vaticano emitió un comunicado en el que, sin hacer referencia explícita al trato inhumano de Trump, declaró que “los niños son los que más sufren de la migración forzada. Debemos actuar de forma efectiva a los desafíos creados por estos flujos, equilibrando los principios de solidaridad y corresponsabilidad”.

Más duros aún se mostraron los obispos estadunidenses, que calificaron de “inmoral” la medida, que ha logrado ya aislar a más de dos mil 200 niños de sus padres, y reiteraron su amenaza de “penas canónicas” para los católicos que colaboren en la separación de los niños de sus familias.

También Laura Bush. Ayer, Melania Trump se reafirmó en la inaudita condena de una primera dama de EU contra el presidente. Si el domingo dijo “odio ver a niños separados de sus padres”, ayer, su directora de comunicación, Stephanie Grisham, reiteró que “Melania detesta ver a los niños separados de sus familias y espera que los dos lados del Congreso puedan acordar una reforma migratoria exitosa. Piensa que el país debe respetar la ley pero también debe gobernar con el corazón”.

Al malestar de Melania con su marido se unió ayer el de otra que fue primera dama, Laura Bush: “Vivo en un estado fronterizo [Texas]. Entiendo la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de tolerancia cero es cruel. Es inmoral y rompe mi corazón”, aseguró la esposa del expresidente republicano George W. Bush.

“No pediremos disculpas”. Pese a las crecientes críticas y acusaciones por su crueldad, Trump se muestra impasible e intransigente. Ayer, su secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, advirtió que el mandatario no pedirá “disculpas” al asegurar que “las acciones ilegales tienen consecuencias”.

Nielsen remarcó que aquellos que “cometen acciones ilegales tienen consecuencias”, al margen de si están acompañados por menores de edad o no. “Este gobierno tiene un mensaje sencillo: si cruzas la frontera de manera ilegal, serás procesado”, agregó.

Sobre las condiciones en las que han sido confinados estos niños, Nielsen instó “a no creer a la prensa” y señaló que los niños separados de sus familiares “están muy bien cuidados”.

“Son criminales”: Trump. El propio Trump, que no reaccionó a la condena de su esposa, aseguró ayer para justificar su medida que “los niños están siendo utilizados por algunos de los peores criminales en la Tierra como medio para entrar en nuestro país”.

“¿Ha mirado alguien el crimen que ocurre al sur de la frontera? Es histórico, con algunos países como los más peligrosos del mundo”, agregó sin citar ejemplos.

Medida diabólica”. Mientras tanto, en el Congreso de EU el coro de críticas se extendió entre demócratas, que no duraron en tachar la medida de “diabólica”, e incluso entre los republicanos.

La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, denunció que esta política deja “un mancha oscura” en la nación.

“Separar a niños pequeños vulnerables de sus padres es de una atrocidad extrema que socava los valores de EU, nuestro legado como faro de esperanza, oportunidad y libertad”, sostuvo Pelosi en un comunicado.

Mario Díaz-Balart, congresista republicano por Florida, aseveró que “es totalmente inaceptable, por cualquier razón, separar a propósito a menores de sus padres”.

“No podemos permitir que esto siga pasando y debe pararse”, indicó Díaz-Balart.

Por su parte, el gobernador de Colorado, el demócrata John Hickenlooper, prohibió ayer el uso de recursos estatales para separar familias de inmigrantes, en una orden ejecutiva que muestra su “fuerte desacuerdo” con la Casa Blanca.

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