“Escribir ensayo literario es un gozo. Es un camino divertido, asombroso y placentero, que enriquece en conocimientos al lector”, afirmó la escritora María Emilia Chávez Lara, quien impartió un curso-taller intensivo de ensayo literario en la capital tabasqueña.
Observó que este género combina ficción con realidad; es muy rico y se puede disfrutar igual que cualquier otro texto narrativo, como el cuento y la novela, además que se nutre de muchos estilos, tiene un fin estético y puede hablar de cualquier tema. Sin embargo, apuntó, es muy complejo porque involucra la creación literaria y el rigor de la investigación que tendría un académico.
Como en cualquier género literario, en el ensayo el autor expresa su opinión. A veces está muy presente en el texto y otras se oculta, pero eso no quiere decir que no esté ahí dando su punto de vista.
“El ensayo es como un escenario donde hay un juego de luces y el autor es el que ilumina. A veces pone el reflector sobre él y a veces se quita el reflector e ilumina cualquier otra cosa, menos a él, lo cual no significa que no esté presente en ese escenario”, enfatizó Chávez Lara.
Destacó que en las escuelas nos educan pensando que escribimos ensayo, pero nunca nos dicen en qué consiste y se confunde un texto académico. Cuando decimos ensayo literario la gente piensa que estamos hablando de un texto académico sobre literatura, y no es así, aclaró.
El taller que impartió María Emilia Chávez, del 27 a 29 de junio reciente, en el Centro de Estudios e Investigación de las Bellas Artes (CEIBA), tuvo como objetivo difundir este género. Las actividades se dividieron en tres partes: teórica, donde se generó una propia definición de ensayo, y dos de ejercicios de escritura ensayística de diferentes modelos.
La autora de Estética del prodigio (2016), comentó que, muchas veces, la gente tiene miedo de escribir y aún hay pocas personas en nuestro país escribiendo este género, pero contradictoriamente solemos leer más ensayo del que creemos que hemos leído.
Asimismo recomendó leer a ensayistas contemporáneos como Marina Azahua, Geney Beltrán y el francés Pascal Quignard, quienes están escribiendo cosas muy interesantes, divertidas e inteligentes.
“Yo no sabía que escribía ensayo hasta que Vicente Quirarte, mi tutor en la universidad, me dijo que lo que yo estaba escribiendo era eso. A partir de ahí, descubrí que los disfrutaba más que cualquier otro género”, concluyó la también maestra en Letras Mexicanas por la Universidad Nacional Autónoma de México.