En una entrevista con el periódico británico The Guardian, Alia Ghanem, madre del fallecido terrorista de origen saudita Osama bin Laden, habló por primera vez y aseguró que su hijo, autor, hace casi 17 años, del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York (11 de septiembre del 2001), era “muy buen chico” y bondadoso hasta que conoció en la adolescencia a gente “que le lavó el cerebro” y se radicalizó.
“La gente en la universidad lo cambió. Se convirtió en una persona totalmente diferente. La verdad es que era un chico muy bueno hasta que conoció a una gente que, cuando tenía 20 años, le lavó el cerebro”, explicó Ghanem en su casa en Yeda (Arabia Saudita), junto a los hermanos de Osama, Ahmad y Hassan, y su segundo marido, Mohammed al-Attas.
“Se podría decir que estaba prácticamente en una secta. Yo le decía que no se juntara con ellos y él nunca me decía lo que hacían realmente porque me amaba mucho”, dijo la mujer.
YIHADISTA. Bin Laden se radicalizó mientras estudiaba economía en la Universidad Rey Abdulaziz de Yeda, donde conoció a Abdullah Azzam, un miembro de la Hermandad Musulmana que más tarde fue exiliado de Arabia Saudita.
“Nunca podría haberme llegado a imaginar que se convertiría en yihadista. No quería que sucediera nada de esto. ¿Por qué lo tiraría todo por la borda así?”, se preguntó la mujer.
La familia afirma que la última vez que vieron a Osama fue en las inmediaciones de la ciudad afgana de Kandahar en 1999, año en el que lo visitaron en dos ocasiones.
CULPA. Uno de los hermanos de Bin Laden, Ahmad, aseguró que su madre “se niega a culpar” a Osama del 11-S, del que responsabiliza a su círculo cercano.
“Fue una sensación extraña”, expresó Ahmad al ser interrogado sobre el ataque de 2001 en Nueva York. “Me quedé petrificado, pero desde el principio todos supimos que fue Osama. Sabíamos que íbamos a sufrir las consecuencias”, apuntó.