El viceministro de Infraestructura, Edoardo Rixi, confirmó que al menos 22 personas han muerto tras el derrumbe de un tramo de un puente en la ciudad italiana de Génova (noroeste), a la vez que señaló que «por desgracia aumentará» el número de víctimas.
El derrumbe del puente Morandi se produjo en torno a las 12.00 horas locales, cuando un tramo de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros se vino abajo y sepultó bajo escombros varios vehículos.
Hay además cinco heridos graves, según han confirmado a EFE fuentes del Ministerio del Interior italiano.
El viceministro italiano declaró que el Gobierno debe trabajar en los próximos meses para comprobar el estado de las carreteras de la ciudad y si se construyeron cumpliendo la normativa.
Rixi informó en su cuenta de Twitter de que el «escenario es dramático» y agradeció su esfuerzo a los equipos de bomberos, de protección civil, de policía municipal y al resto de miembros que están «prestando ayuda a la ciudad y a las personas» afectadas.
El Gobierno italiano está siguiendo con atención la evolución de la situación y esta tarde está previsto que llegue a la ciudad el primer ministro, Giuseppe Conte, para reunirse con las autoridades locales.
También lo harán previsiblemente en las próximas horas el líder del Movimiento Cinco Estrellas, Luigi Di Maio, y el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli.
El puente fue construido en la década de 1960 y une la autopista A10, que llega desde la frontera de Francia, con la A7 hacia Milán (norte).
El derrumbe se ha producido por causas que aún se desconocen, aunque la compañía Autostrade per l’Italia, que gestiona varias carreteras del país, dijo en un comunicado que «se estaba trabajando para consolidar el pavimento del viaducto».
«Tal y como estaba previsto, se había instalado un puente grúa para permitir el desarrollo de actividades de mantenimiento. Los trabajos y el estado del puente estaban sujetos a la constante observación» de las autoridades locales.