El Real Madrid cayó ante el CSKA Moscú (1-0) con un gol encajado en el primer minuto de juego, derrota que pone en un aprieto al técnico blanco, Julen Lopetegui, que afronta su primera crisis desde que asumiera el cargo.
El campeón de Europa sumó su tercer partido consecutivo sin ver puerta, pero es que además volvió a dejarse sorprender al comienzo del partido.
Como ocurriera en este mismo escenario, el estadio Luzhnikí, con España en los octavos de final del Mundial, el equipo madridista no pudo romper la muralla rusa, defendida por el mismo portero, Ígor Akinféev.
La segunda unidad decepcionó. Ceballos no se encontró cómodo en ningún momento del partido. Asensio no asumió galones. Y la delantera echó mucho de menos a Bale.
Fue un ejercicio de impotencia que llevó a muchos a acordarse de Cristiano Ronaldo y a pedir a gritos la entrada de Mariano por Benzema.
Antes del pitido final Varane tuvo en su cabeza el empate, pero remató incomprensiblemente fuera, tras lo que el árbitro echó de roja directa a Akinféev.
El Real Madrid, que no perdía en tierras rusas desde los Galácticos, no pudo romper el mal fario del Luzhnikí, donde el equipo blanco nunca ha podido ganar.