La cantante colombiana Shakira prometió que así cayera un diluvio, ella ofrecería su concierto en el Estadio Azteca, ante las 50 mil personas que había convocado y lo cumplió, movió las caderas bajo la lluvia.
Aunque su espectáculo estaba programado a las 20:45 horas, fue poco antes de las 10 de la noche cuando apareció en el escenario del monumental recinto para arrancar la primera de dos fechas que ofrece en esta ciudad, como parte de “El Dorado World Tour” por América Latina.
Minutos antes, a través de sus redes sociales, la barranquillera había anunciado que por motivos de seguridad debía aguardar a que cesara la tormenta eléctrica. De modo que cientos de personas buscaron en túneles, baños y techos un refugio para la lluvia, mientras que otros permanecieron en las gradas con la resignación a cuestas.
Para cualquiera de ambos casos, la espera y el aguacero que debieron soportar, valió la pena porque su ídolo ofreció un espectáculo inolvidable y de fastuosa producción con luces tipo láser y multicolores.
Fueron siete años de no presenciar un concierto de ella en México, pues el más reciente se tituló “Sale el Sol Tour” que dio a conocer en 2011 en el Foro Sol.
Seguidores mexicanos y muchos provenientes de varios países de habla hispana, corearon de principio a fin más de 20 temas que entregó Shakira durante casi dos horas de “show” al hacer un recorrido por toda su trayectoria artística, desde las baladas hasta su evolución en los ritmos urbanos.
La pirotecnia fue la señal para el comienzo y tras proyectarse una serie de fotografías de ella en diferentes etapas de su vida, desde bebé hasta la época actual, la rubia apareció en el escenario a paso veloz y con una gran sonrisa en el rostro.
“¡Buena noches, México!”, pronunció a manera de bienvenida antes de entregar “Estoy aquí” y “¿Dónde estás corazón?”. Aún no concluía el segundo tema cuando la lluvia que había terminado media hora antes azotaba de nueva cuenta.
Debido a que enseguida las luces se apagaron y hubo una breve pausa, algunos pensaron que el espectáculo se suspendería, pero no fue así.
Apenas sonaron los primeros acordes de “She wolf”, los fans elevaron los ánimos y con el impermeable puesto; paraguas, plásticos, periódico o pedazos de cartón sobre la cabeza, pero también sin nada encima para protegerse del agua, comenzaron a bailar.
Los peculiares y característicos movimientos de la intérprete de 41 años, enloquecieron a los presentes, quienes bajó ningún motivo se distraían en observarla sobre el templete o a través de las tres pantallas gigantes al frente.
“¿Cómo está mi gente de México? No saben la emoción que siento de tenerlos aquí, tan cerca. Hoy es mi primera noche en Latinoamérica y me siento muy feliz de empezar aquí en México. Este país también es mi casa, gracias”, pronunció para continuar con “Si te vas”.
“Siete años, México. No podía esperar un día más sin verlos. Gracias por venir, a pesar de la lluvia, gracias de verdad. Ya saben que si hoy estoy aquí es por ustedes, porque los milagros existen y quiero agradecerles por estar aquí durante este tiempo, en los momentos más felices de mi vida y en los más difíciles”.
“Nada” y “Perro fiel” continuaron en el repertorio mientras que con absoluta y envidiable energía, Shakira paseaba de un extremo a otro sobre el escenario, sacudiendo su alborotada y rizada cabellera o contoneándose.
Para este momento, los asistentes en las gradas de hasta arriba o al fondo comenzaban a desesperarse porque el audio del concierto provenía únicamente del escenario y no de las bocinas instaladas en la parte central de la cancha. Quizá por el aguacero, la producción optó por dejarlas envueltas en plástico y no hacerlas funcionar
Luego de presentar a los integrantes de su banda de músicos, la llamada “Reina del pop latino” compartió “Underneath your clothes” y “Me enamoré”. Ésta última fue coreada hasta por aquel que no se la supiera, pues en la pantalla central se proyectó la letra a modo de karaoke.
Con guitarra en mano, la ganadora de infinidad de premios Grammy, interpretó una de las canciones más bellas de su repertorio: “Inevitable”, y así llegó el momento de “Chantaje”, cuya voz de su compatriota Maluma fue grabada.
“Cuando yo diga: ‘¡Puro, puro!’, ustedes responden: chantaje”, solicitaba Shakira, quien para el siguiente tema había cambiado su atuendo negro y rasgado por uno de danza árabe, muy acorde con “Whenever, wherever”.
Después de mover el pecho y las caderas como sólo ella sabe, pasó a minutos de romanticismo con “Tú” y “Amarillo”. Al terminar alzó la guitarra y la giró para mostrar la imagen de su esposo, el futbolista Gerard Piqué al lado de los hijos de ambos.
Un tercer cambio de atuendo, ahora completamente de negro y ceñido al cuerpo, le permitió moverse mejor en “La tortura” para luego presentar una de las primeras creaciones que tuvo: “Antología”.
A partir de este momento, todo lo demás que seguiría se convertiría en una gran fiesta a través de “Can’t remember to forget you”, “Loca”, “Rabiosa” y “La la la (Brazil 2014)”.
Parecía el final, pero no fue así. Luego de pronunciarse en favor de la educación de los niños a través de un video que se mostró, Shakira cambió a un quinto atuendo.
Fue un vestido en color perla que se desprendió con fuerza para dejarlo en uno rosa y bajar del escenario a fin de saludar de mano y beso a los fans de las primeras filas.
Así, tras llenar solita el escenario, comenzaba a despedirse de sus fieles fans.
“Gracias por esta noche inolvidable. Qué manera de arrancar la gira por América Latina. Muchas gracias, ahora sólo me queda una cosa más”, expresó para enseguida cantar “La bicicleta” con la que cerró con broche de oro.
Pirotecnia y una lluvia de papelitos de colores marcaban el punto final. “Hasta siempre, México. Los quiero mucho”.