El reino de Arabia Saudita confirmó ayer a través de la Fiscalía General, que el periodista disidente, Jamal Khashoggi, desaparecido el pasado 2 de octubre en el consulado de su país en Estambul, fue asesinado, reportaron medios sauditas.
De acuerdo con la televisora local Ekhbaria TV, así lo revelan los resultados preliminares de la investigación. Según la Fiscalía, Khashoggi habría tenido un enfrentamiento con un grupo de personas que lo recibieron dentro de la sede diplomática saudita en la capital turca, lo que habría desembocado en una pelea que culminó con su muerte, destacaron medios sauditas; de esto hizo eco la agencia argentina Infobae.
“Las conversaciones entre Jamal Khashoggi y las personas con las que se entrevistó en el consulado del reino en Estambul… degeneraron en una pelea, que provocó su muerte”, indicaron medios del reino citando a la fiscalía.
Por el momento, no hay certezas sobre el paradero del cuerpo del reportero. Fuentes turcas habían señalado que habría sido descuartizado y retirado del consulado en camionetas.
CESADOS. El reino informó, además, que 18 ciudadanos sauditas fueron arrestados, y que el asesor de la Corte Real Al Qahtani y el subjefe de inteligencia Ahmed Asiri fueron despedidos de sus puestos.
Por su parte, la Agencia Saudita de Prensa (SPA, por sus siglas en inglés), informó que el rey Salman ordenó la formación de un comité ministerial a cargo del Príncipe heredero Mohamed bin Salmán para reestructurar la agencia de inteligencia y mantener la investigación del caso.
ANTECEDENTE. Khashoggi tenía residencia permanente en Estados Unidos y era columnista del periódico The Washington Post. Su prometida denunció que el pasado 2 de octubre el periodista entró al consulado saudita en Estambul con el objetivo de obtener un documento necesario para contraer matrimonio y ya no volvió a salir del lugar.
El episodio desató fuertes críticas e interrogantes hacia el reino saudita de parte de Estados Unidos y los países europeos, por presuntamente no colaborar con la investigación como exigían.
La mayoría de los sospechosos en la desaparición del periodista señalados por Turquía durante estos 17 días tenían fuertes vínculos con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, señalado como un reformista en el reino.