La odisea de miles de centroamericanos, en su mayoría hondureños, que buscan cruzar la frontera con México para llegar a EU o bien asentarse en territorio nacional, tiene su rostro más dramático en los niños, ya sea los que van acompañados por un adulto o familiares, pero sobre todo entre aquellos que viajan solos.
Los menores van expuestos al peligro que significan los grupos criminales que los reclutan o secuestran, en el caso de las niñas, para trata de personas o prostitución o incluso quedar en custodia de las autoridades migratorias mexicanas; en este último caso, muchas veces el trato o condiciones no son los mejores.
Se estima que el 25 por ciento de los integrantes de esta caravana son niñas, niños y adolescentes, según información que ha recabado la organización Save the Children en países como Honduras, Guatemala y El Salvador, por lo cual advierte que este sector de los migrantes “pueden estar expuestos a peligros como las redes de trata, en particular, aquellos que viajan no acompañados”. La ONG solicitó medidas especiales de protección.
Este organismo internacional, con presencia en 120 países del mundo, advierte al gobierno mexicano la necesidad de poner en marcha planes que busquen la protección especial e integral de niños, niñas y adolescentes frente a los enfrentamientos que han sucedido y puedan suceder a lo largo de los próximos días entre migrantes y autoridades.
De acuerdo con el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, en este sexenio ha habido un aumento de migración centroamericana que intenta originalmente llegar a Estados Unidos y que opta por quedarse en México. Solamente de tres años para acá la población de centroamericanos que ingresan a territorio nacional ha aumentado en un 59 por ciento.
El funcionario explica que la cifra de niños y niñas que ingresaron al país de manera indocumentada asciende a 148 mil, lo que representa un incremento de más del 300 por ciento con respecto al sexenio anterior.
Al menos 80 mil de esos 148 mil niños y adolescentes eran niños y estaban acompañados por un familiar y el resto, casi 70 mil niños, no se hallaban acompañados por un familiar adulto.
Navarrete Prida, asegura que a todos ellos “se les ha tratado conforme a los protocolos internacionales de protección que México ha firmado”. México enfrenta ahora, con el éxodo actual, un reto mayor.
La desinformación ha llevado a la desesperación a muchos migrantes. Muchos niños no han comido ni han tomado agua y requieren valoraciones médicas, advierte Jorge Vidal, Director de Programa Save the Children en México.
Los niños, niñas y adolescentes migrantes que transitan por México bajo una condición migratoria irregular son, por lo regular, personas en fuga: víctimas y sobrevivientes de la violencia estructural, social e institucional en sus países.
La mayoría proviene de Guatemala, Honduras y El Salvador, según estudio del Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Migración (INM).
El asunto es que para cumplir su sueño tienen que cruzar por México, un país también golpeado por la inseguridad y el control territorial del crimen organizado. Los migrantes enfrentan situaciones por demás peligrosas y condiciones incluso violatorias de sus derechos humanos en los centros de detención del INM.
ESTANCIAS al tope. Y es que los centros de estancia migratoria están saturados en su mayoría y no cumplen con los requisitos mínimos de higiene o condiciones para mantener ahí a los niños, niñas y adolescentes extranjeros.
Un ejemplo de esta incapacidad de atención que es de particular relevancia, es el caso del centro migratorio y los albergues de Tapachula, ya que esta ciudad resulta estratégica para las operaciones de detención y deportación de extranjeros indocumentados en México y llega a recibir hasta al 65 por ciento de los detenidos a nivel nacional, incluyendo a los menores (Informe final deIpersonas en detención migratoria en México del Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Migración).
Los agentes del INM entrevistados confirmaron que los albergues del DIF en Tapachula, a donde se traslada a los menores migrantes tienen una capacidad real para 24 menores en el DIF municipal (de 0 a 5 años) y de 20 a 40 menores en el DIF estatal (de 6 a 17 años).
“Estas cifras son ampliamente rebasadas por el número de que recibe el centro migratorio de Tapachula, y por ello sucede que un número importante de menores tiene que permanecer en las instalaciones no especializadas del INM, aun con problemas de sobrepoblación.
Situaciones parecidas se repiten sistemáticamente en otros centros migratorios (grandes y pequeños) de otras ciudades donde no se cuentan con albergues alternativos a la detención de menores, concluye el informe.