El abogado de Joaquín El Chapo Guzmán, cuyo proceso comenzó este martes en una Corte de Nueva York, aseguró que el cártel de Sinaloa pagó millonarios sobornos al actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y a su antecesor Felipe Calderón.
Jeffrey Lichtman, uno de los dos abogados principales de Guzmán, fue quien soltó la bomba retórica en la Corte durante los argumentos iniciales. Peña Nieto y Calderón recibieron «cientos de millones» de dólares en sobornos de Ismael El Mayo Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa en 1989, dijo el abogado.
Lichtman aseguró al jurado que el verdadero jefe del cártel de Sinaloa es su coacusado El Mayo Zambada, de 70 años, que nunca pasó un día en prisión y sigue prófugo, y que ha pagado «al actual y al anterior presidente de México (…) cientos de millones de dólares en sobornos».
«La verdad es que El Chapo no controlaba nada, Mayo Zambada lo hacía», dijo Lichtman en sus argumentos de apertura.
«Mayo puede lograr que la gente sea arrestada y que el Ejército y la policía de México mate a quien él quiera», aseguró Lichtman, un experimentado abogado que en el pasado salvó de la cárcel al hijo de un afamado capo de la mafia neoyorquina, John Gotti Jr.
Lichtman dijo que en los últimos dos años, desde que El Chapo fue extraditado a Estados Unidos, «el flujo de drogas no ha parado». «El negocio continúa como siempre», afirmó.
También atacó duramente a los ex socios, empleados o rivales del Chapo que están encarcelados o en el programa de protección de testigos y que cooperan con el gobierno.
«Estos testigos han matado a fiscales, han intentado matar a presidentes (…) Cuando escuchen a estas personas se les pondrá la piel de gallina», dijo al jurado.
«¿Por qué el gobierno está yendo tan lejos, dándoles visados para que permanezcan en este país, entre nosotros? ¿Por qué están deseosos de infectar este país con estos degenerados?», preguntó.
«Porque El Chapo es el mayor premio con el cual la fiscalía ha soñado, y está soñando con esto desde hace años», respondió Lichtman.
El Chapo, vestido de traje oscuro, camisa blanca y corbata, escuchó los argumentos de apertura tranquilo con la ayuda de una traductora. Al entrar a la corte parecía contento, y envió un beso a su joven esposa Emma Coronel, de 29 años, sentada entre el público.
Acusado de enviar a Estados Unidos 155 toneladas de cocaína y otras drogas, si es hallado culpable puede ser condenado a cadena perpetua.