Gaby Ruiz, una dulce tabasqueña de Comalcalco encontró que en la cocina hay pócimas mágicas que hacen a la gente feliz. Desde muy niña vio que su hermana cortaba el llanto con una quesadilla, una galleta o cualquier cosa rica que le dieran. “Ella me marcó la vida, yo quería hacer esas quesadillas que le quitaran las lágrimas, por eso me dedico a la cocina”, comentó.
Con una mamá música y un padre ingeniero, Gaby se abrió camino sola, y aunque su madre quería que fuera directora de orquesta, ella cambió las partituras por recetas e ingredientes.
Su primer proyecto fue en Tabasco, en compañía de su pareja Rafael López Rubí. Empezaron preparando banquetes en un lugar clandestino: “Era un sitio abandonado, estábamos comenzando y no podíamos pagar una renta; ahí no podía dar menú degustación, así que nos fuimos adaptando a lo que había alrededor. No teníamos experiencia, pero entendíamos que a la gente le gustaba lo que hacíamos. ¿Para qué moverle si estaban contentos con ello? Me gustaba ver las caras que hacían y notar cómo se desconectaban de la corriente”, recordó mientras pellizcaba un pan de muerto.
“Nunca hice prácticas con los grandes, me adapté a lo que tenía a la mano y lo fui puliendo”. Aun así, Gaby es un punto de referencia para la gastronomía de su estado. René Redzepi, antes de abrir Noma México, se le acercó para que le hablara de ingredientes y técnicas.
Tras siete años de hacer de Gourmet MX un éxito y montar otro negocio, un bar llamado Chata Pandal, Gaby llegó a la Ciudad de México con Carmela y Sal, restaurante de referencias tabasqueñas e historias únicas que se van tejiendo con ayuda de productos de temporada y una amplia sensibilidad: “En Carmela ya sabía perfectamente lo que buscaba y quería”. Esto demuestra su madurez y la visión necesaria para ser una empresaria joven porque, de seguro, abrirá más proyectos en algún momento.
Mientras tanto, está pendiente de sus tres negocios pues sabe que muchas familias dependen de ellos y por eso constantemente propone menús y eventos. “Este oficio es para disfrutarse. Siempre habrá errores pero se deben resolver de manera adecuada. A fin de cuentas, somos humanos. Confío en mi equipo y eso me deja tranquila”. Es así como Gaby dirige hoy su gran orquesta de cocineros, a la par que interpreta sueños y sonidos por medio de sabores.
5 razones por las que Gaby destaca en la cocina
1) Supo aterrizar un concepto en la mesa. Por ello, en Carmela y Sal, además de comer rico, nos alimentamos de historias.
2) Tiene visión de empresaria. Sin descuidar su cocina, ha logrado abrir tres lugares sin perder la constancia.
3) Es embajadora de la gastronomía de Tabasco.
4) Sabe lo que quiere. Ha logrado conocer a profundidad sus capacidades y direccionarlas de la mejor manera posible.
5) No le da miedo equivocarse. Es parte del proceso de aprendizaje.
Texto y foto de Gourmet de México