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Los “moches” en la compra de gasolina en el extranjero durante las pasadas administraciones federales impidieron el descenso en el precio de la gasolina, señaló el presidente López Obrador.
Él, adelantó, buscará fomentar la competencia entre gasolineros y cuidar el precio tan pronto se normalice el abasto de combustible en el país.
El gobierno sólo podría bajar el importe reduciendo la carga fiscal en alguno de los cuatro impuestos aplicados hoy a la gasolina: el Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), el IEPS estatal, la contribución al carbono y el IVA.
El mandatario fue cuestionado sobre la posibilidad de la reducción, en beneficio de los consumidores.
“Una vez que normalicemos se buscará mantener la competencia, y cuidar el precio, porque ahora tenemos dos ventajas: una, que el precio de la gasolina en el mercado internacional va a la baja, y otra es que nosotros ya estamos comprando la gasolina, no los de antes. Entonces, ya no habrá ‘moche’, se comprará bien, al mejor precio”.
Los de antes, insistió, no sólo repartían tajadas en las transacciones internacionales de hidrocarburos, además crearon de manera alterna a Pemex otra “empresa, vinculada a la economía ilegal”.
Ante la escasa producción en las refinerías nacionales, México compra en el extranjero 600 mil barriles diarios de petróleo refinado, nicho mediante el cual los funcionarios de “cuello blanco” hacían sus negocios.
Por los seis ductos principales del país fluyen 400 mil barriles diarios de gasolinas. Y se registraron días en los cuales se robaban una cantidad superior a los 100 mil barriles, es decir, más de una cuarta parte.
“Es interesante saber cómo fue creciendo la importación, por eso mi condena mayor es al sistema político, económico neoliberal, porque fueron desmantelando a Pemex y a todas las empresas de la nación. Hace 10 años todavía teníamos más producción de gasolina, no comprábamos tanto en el extranjero, el robo mayor se hacía en las refinerías, en las instalaciones; pero ahora, como es mayor la importación, el robo creció en los ductos”.
Lo describió como un ejemplo de las “venas abiertas” referidas por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, “por las dimensiones del saqueo y la tolerancia de autoridades. Vamos a barrer el gobierno, como se barren las escaleras, de arriba para abajo”.
Sobre por qué debió acelerar su plan contra el huachicoleo, reducir la distribución por ductos, apostar por el suministro vigilado y el uso de pipas o autotanques en el transporte, argumentó:
“Llego todos los días a la reunión del gabinete de seguridad y un día veo, ya estábamos aplicando el plan, que se roban mil 100 pipas, no era para esperar, porque entre más tiempo viera esto, me estaba convirtiendo en cómplice y dije: se acabó”.
El desabasto derivado de esta acción, dijo, “ya no se mantendrá por mucho tiempo”.
Los transportistas no sólo colaboran en el abasto por tierra, sino en el traslado de elementos de la Policía Federal, de la Marina y del Ejército a las bases de vigilancia colocadas en diversos tramos de los mil 600 kilómetros de ductos más estratégicos del país.
A partir de ayer, de manera especial, comenzaron los sobrevuelos de helicópteros de la Fuerza Aérea en torno a los seis principales ductos nacionales.
Líder, sin persecución
El gobierno lopezobradorista no ha presentado ninguna denuncia contra el líder del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps, dijo el presidente.
—¿Es acaso una especie de testigo protegido?
—No actuaremos sin elementos, si no hay denuncia ni pruebas. Entiendo que hay gente que quisiera que se le enjuiciara, pero esto no corresponde a lo que legalmente existe, no hay de parte del gobierno una denuncia. No significa impunidad, sino decir la verdad para que no haya falsa información.
