En la década de 1940 comenzó el auge ganadero en la entidad, y en el afán de detonar al máximo este sector productivo ocasionó la deforestación masiva de la selva en la mayor parte del territorio estatal y por más de 80 años ninguna autoridad pensó en las consecuencias del ecocidio que estaba provocando por impulsar otros sistemas de producción.
Este es el triste panorama que presenta actualmente el sector forestal en el estado, señaló Elizandro Pérez Martínez, presidente de la Unión de Silvicultores de Tabasco, quien agregó que el cambio climático, la erosión, la salinización, la pérdida de la biodiversidad y las inundaciones en la planicie son, desde hace casi ocho décadas, causados directa o indirectamente por la deforestación de la selva tropical en Tabasco.
De acuerdo con Pérez Martínez, de 1940 a la actualidad, la selva tropical en la entidad se redujo de 57 a 10%, a consecuencia de la actividad agropecuaria: “porque no hay que olvidar que en esa época inició la gran aventura que tenía como finalidad convertir al estado en un emporio agrícola, para lo que se decidió cambiar el uso de suelo en cientos de miles de hectáreas, sobre todo en Huimanguillo, Tenosique y los municipios de la región de La Sierra”.
Sin embargo, la idea de hacer de Tabasco “el granero de México”, resultó un gran fracaso, puesto que no se cumplieron las metas del proyecto anunciado con bombo y platillo, y lo único que se logró fue perder más de un millón de hectáreas de zonas selváticas.
A su vez, la expansión de la actividad ganadera constituyó el proceso socio-ambiental más impactante ocurrido entre 1960 y 1975, a grado tal que el hato ganadero llegó a sumar más de un millón de semovientes, pero a costa de un agresivo desmonte de las selvas del estado, de tal manera que en 1980, más de la mitad de la superficie de Tabasco se había convertido en pastizales para ganado.
Organismos y asociaciones forestales en la entidad se quejan desde hace varios años que el número de hectáreas destinadas a la reforestación van a la baja debido a los recortes presupuestales de las dependencias del ramo, lo cual merma la capacidad de recuperación de las regiones deforestadas.
No obstante, el director de Coordinación y Vinculación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) en Tabasco, Jorge Martínez Herrera, explicó que para revertir el problema se han puesto en marcha acciones de recuperación con el fin de tratar de evitar que la problemática siga su curso.
Esto mediante programas de sembrado de diversas especies como la melina, eucalipto y palma de aceite, así como macuilís, teca y palma africana, buscando repoblar las áreas afectadas.
Aún con todos esos esfuerzos, la situación que padece la planicie tabasqueña por estas causas la hacen ser una de las zonas más vulnerables del país en materia de degradación ambiental, lo cual se agudiza cada día más y coloca a la población en franca posición de vulnerabilidad ante los embates del cambio climático.
DEGRADACIÓN AMBIENTAL
Durante el sexenio pasado, Tabasco fue uno los casos más dramáticos de degradación ambiental en México, puesto que las políticas públicas alentaron el desmonte de bosques y selvas para transformarlos en zonas ganaderas y agrícolas; como consecuencia de esta agresiva transformación, y en un contexto de incremento e intensidad de fenómenos climáticos, hoy la población tabasqueña está en un alto nivel de vulnerabilidad.
La expansión de la actividad ganadera constituyó el proceso socioambiental más impactante ocurrido en Tabasco entre 1960 y 1975, a tal grado, que el hato ganadero llegó a sumar más de 1 millón de cabezas, que a su vez se consiguió mediante un agresivo desmonte de las selvas del estado, de tal manera que para 1980, más de la mitad de la superficie de Tabasco se había convertido en pastizales para ganado.
Como resultado de estas voraces políticas de desmonte, para la década de 1990, ya era muy amplio el espectro de afectaciones claras que habían tenido en el ambiente: alteraciones hidrológicas, degradación de suelos, erosión, salinización, pérdida de recursos bióticos y contaminación de diversa índole.
Las principales consecuencias de la deforestación en Tabasco ya eran patentes desde entonces: pérdida de riqueza biológica (estimada hasta 300 especies vegetales por hectárea), emisión de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y la reducción en la capacidad de captura, modificaciones en el régimen climático, aumento de la escorrentía e incremento del potencial de las avenidas y transformaciones en el suelo como pérdida de nutrientes, erosión, compactación, salinización e inundaciones en las planicies.
La idea de hacer del estado “el granero de México”, resultó un fracaso, puesto que no se cumplieron las metas y lo único que se logró fue perder más de un millón de hectáreas de zonas selváticas
Para 1980, más de la mitad de la superficie forestal de Tabasco se había convertido en pastizales para ganado
JAIME ÁVALOS / ARCHIVO
Consecuencias del “desarrollo”
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) elaboraron un informe sobre el impacto de las inundaciones ocurridas en el estado de Tabasco en 2007.
Las consecuencias físicas –porcentaje del territorio inundado, desbordamiento de los ríos, acumulación y duración del agua en las comunidades inundadas y afectación a comunidades circunvecinas- no tienen precedente en la historia del estado: el impacto fue tal, que se estima que en el momento más crítico, el 62 por ciento de la superifice estatal estaba cubierta de agua, afectando a cerca de mil 500 localidades (rurales en un 90 por ciento), dejó a casi 1.5 millones de damnificados (75 por ciento de la población), casi 6 mil 500 kilómetros de carreteras y caminos afectados (73 por ciento de la red), incluyendo 132 puentes; 570 mil hectáreas agrícolas siniestradas, al igual que 123 mil viviendas.
Todos estos daños y pérdidas sumaron la impresionante cantidad de 31 mil 800 millones de pesos (casi el 30 por ciento del PIB estatal), costo también sin precedentes para un desastre de este tipo en un sólo estado.
De acuerdo con información del Centro de Investigación en Geografía y Geomática (Centro GEO), en el siglo pasado se registró un aumento en el número de huracanes de gran intensidad que tocaron tierra en la región del Golfo de México: en las primeras cuatro décadas no se registraron huracanes de categorías 4 y 5, pero en los últimos diez años, el total de fenómenos en cada una de esas categorías fue de más de cinco.
Sembrando Vida: al rescate
El presidente Andres Manuel López Obrador aseguró que la fórmula para resolver el problema de inseguridad y violencia en el país es dar trabajo y sembrar el campo, para que se tenga bienestar, paz y tranquilidad en el país.
El mandatario federal dijo que la política de su gobierno, a diferencia de otras, consiste en producir en México lo que se consume y en dar preferencia al productor nacional, que se rescate al campo y que haya empleo.
En este marco, donde destacó el respaldo de las Fuerzas Armadas a sus acciones de gobierno, explicó que se sembrarán un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables como cedros, caoba y cacao, lo que significará dar trabajo a 400 mil campesinos, hijos de ejidatarios y pequeños propietarios.
Refirió que en el caso de Tabasco, se sembrarán 150 mil hectáreas y se generarán 60 mil empleos, de los cuales 20 mil serán en la región de La Chontalpa, 20 mil más en La Sierra y otra cantidad igual en la zona de Los Ríos.
ECOSISTEMAS EN PELIGRO
No obstante la tala inmoderada y la explotación agropecuaria, seis tipos de asociaciones vegetales se dan en Tabasco
1.- SELVA TROPICAL HÚMEDA
La más importante y grandiosa de todas las asociaciones vegetales
Cubría casi por completo al estado
Hoy sólo quedan pequeñas zonas en Tenosique, Balancán, Macuspana, Teapa, Tacotalpa y Huimanguillo
Su vegetación la constituyen árboles de caoba, cedro, macayo, palma real, corozo, jobo, macuilís, ceiba, laurel, sauces, pitche, tatúan, framboyanes, árbol de hule, tinto, barí, árbol de pan, cordial y salacias
2.- SELVA MEDIA
Es una conformación menos compactada que la selva húmeda
Las pequeñas porciones que quedan se extienden por la costa de Tabasco y bordes de playa
Su vegetación la conforman principalmente la palma de coco, macuilís, macayo, palo mulato, palma real, guácimo, ceiba y jobo
3.- SABANA TROPICAL
Están a continuación de la selva y son básicas para la ganadería
Abarca la parte central del estado conocida como llanura tabasqueña
Entre los diversos árboles que allí se reproducen se encuentran la palma redonda, guano largo, caña de azúcar, anona, cocoyol y palma brahea dulcís
4.- PLAYA
Zona angosta de asociaciones de plantas bajas a lo largo de la costa
Su vegetación es de tamaño bajo: uva de playa, icaco, iponema, majagua y juncos
5.- SELVA DE MANGLE
La mayor extensión se encuentra a lo largo de la costa, en las lagunas que bordean al río Mezcalapa y en las riberas de los ríos Tonalá, San Pedro y San Pablo, Grijalva
Las especies de mangles que predominan en Tabasco son cuatro: rojo, blanco, negro y prieto.
6.- PANTANOS
En Tabasco existen dos tipos: mucalería y popalería
La popalería cubre casi tres cuartas partes de las tierras pantanosas de Tabasco y se forma sobre todo de hierba de 1 a 3 metros de altura y decenas de especies vegetales
La mucalería se integra principalmente por mucal, pucté, majagua, zapote de agua, sivil y plátano enano