El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó las elecciones celebradas ayer en España, en las que la participación batió récord por el miedo a que la abstención beneficiara la formación de un gobierno de derecha radical.
El PSOE logró 123 diputados en un Congreso de 350 escaños, tras conseguir un 28.69% de los votos, lo que supone una fuerte subida sobre los 84 legisladores que tenía hasta ahora. Además, los socialistas se han asegurado la mayoría absoluta en el Senado. Se trata de la primera victoria nacional del PSOE desde las elecciones de 2008, bajo el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero.
Sin mayoría absoluta. La clara victoria del PSOE no fue, sin embargo, suficiente para gobernar en solitario, por lo que tendrá que negociar con otras formaciones para alcanzar la cifra de 176 escaños, que otorga la mayoría absoluta.
Se da por hecho que el PSOE sumará a sus 123 diputados los 42 que logró la coalición izquierdista Unidas Podemos (UP). Su líder, Pablo Iglesias, declaró que aunque el resultado no es el que deseaban –pierde 29 escaños–, sí es “suficiente” porque permite “frenar a la derecha y la extrema derecha” y empezar “construir un gobierno de coalición de izquierda”.
Sin embargo, la suma PSOE-UP sigue siendo insuficiente, por lo que podría verse obligado a negociar con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el partido independentista catalán que pasa de 9 a 15 diputados.
Ante miles de seguidores agolpados en la sede del PSOE en Madrid, Sánchez tendió la mano “a todos los grupos para gobernar dentro de la Constitución”, en lo que pareció una clara advertencia a los independentistas de que no negociará la ruptura de la unidad de España.
Con Sánchez, no. El mensaje del candidato socialista tiene también otro destinatario: el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, quien pasa de 32 a 57 diputados, suficientes para gobernar sin tener que negociar con los nacionalistas catalanes.
Sin embargo, Rivera, quien durante la campaña dejó claro que su intención era gobernar con el PP y Vox, con tal de echar del poder a Sánchez, ayer reiteró que no va a ceder a las presiones para gobernar con el PSOE.
“Vamos a ser una oposición leal a la Constitución, a la economía de mercado, a Europa”, aseguró Rivera, quien advirtió de que “a los que gobiernan les vamos a vigilar muy de cerca”.
Tampoco los simpatizantes del PSOE parecen querer una coalición PSOE-Ciudadanos. Lo primero que corearon cuando Sánchez salió al balcón a celebrar su victoria fue: “Con Rivera, no”.