Rafael Coronel Arroyo fue uno de los más importantes exponentes de la plástica mexicana durante las últimas seis décadas. En su corpus está la búsqueda de nuevas formas de la pintura, la grandeza del retrato y la abstracción, enfocadas a la belleza, la crítica social y cultural y las transformaciones del país de la segunda mitad del siglo XX en adelante.
Ayer, el pintor zacatecano murió a los 87 años en su casa ubicada en Cuernavaca, Morelos. Su hijo, Juan Rafael Coronel Rivera en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter, escribió: “Con profundo dolor les hago saber que mi padre, el pintor Rafael Coronel Arroyo, acaba de fallecer”.
La secretaria de Cultura, Alejandro Frausto Guerrero, lamentó el deceso del pintor quien “perteneció a una familia de tradición en la plástica mexicana. Su diálogo estético fue con México y su tiempo, pero también con el mundo. Miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores, hemos perdido a un gran artista emblemático de una época de México”.
El Instituto Nacional de Bellas Artes de México expresó sus condolencias por la muerte del artista y destacó que “deja un legado imprescindible en la historia del arte mexicano”. Lucina Jiménez, Directora General del INBA, expresó sus condolencias a la familia, discípulos y amigos del artista, así como al pueblo de Zacatecas, “que lo tuvo siempre en alto valor por su contribución al patrimonio artístico de la entidad y de México”, señaló en su cuenta de Twitter.
El Museo Soumaya, del multimillonario mexicano Carlos Slim, se sumó a las condolencias por la muerte del pintor mexicano”.
Descanse en paz el pintor zacatecano de arraigo en la umbría renacentista, de atmósferas mágicas y conos alquímicos. Solidaridad para con su familia y la comunidad cultural”, indicó el museo en un mensaje en redes sociales.
Por su parte, el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna externó su pesar por el fallecimiento del pintor.
LEGADO. En su trayectoria artística, Rafael Coronel incursionó en varios movimientos artísticos, como la Ruptura y el Hiperrealismo además de conformar una de las grandes colecciones de máscaras. Al respecto, Teresa del Conde escribió que se trató de “uno de los figurativos más persistentes y productivos”.
Entre sus influencias, citaba frecuentemente el trabajo de Goya o José Clemente Orozco. La obra de Coronel presentaba las transformaciones en el México de finales de siglo XX de una forma siempre original.
Al inaugurar una exposición en el Centro Nacional de las Artes en 2011, Coronel Arroyo destacaba: “Para mí lo cotidiano es la materia prima más importante, a veces en los libros encuentro la mejor inspiración porque ahí se encuentra toda la historia del mundo, de la naturaleza humana con todas sus conquistas, fracasos y retos”.
Rafael Coronel nació en Zacatecas en 1931. Desde niño estuvo en contacto con las artes, ya que su abuelo se dedicaba a decorar iglesias y su hermano Pedro también desarrolló una carrera como pintor. Ingresó a La Esmeralda en 1952 y para 1959 presentó su primera exposición individual en el Palacio de Bellas Artes.
En 1959, conoció a Ruth Rivera, hija de Diego Rivera, con quien se casó en 1960. En 1990, fue inaugurado el Museo Rafael Coronel en su natal Zacatecas, que exhibe la vasta colección de máscaras pertenecientes al artista, así como objetos coloniales, dibujos, terracotas y muebles. En 2010 le fue otorgado el Premio Iberoamericano al Mérito de las Artes.
Destacan sus exposiciones individuales en la Galería de Arte Mexicano, el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Castello Sforzesco, el Museo Real de Arte de Bruselas y la Bienal de Sao Paulo.