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El cerro de Guadalupe está encantado, hay un ente que lo cuida. Es la historia que se escucha en los alrededores de este lugar y que de boca en boca transmiten los pobladores.
En este lugar, se han encontrado varias piezas prehispánicas de barro, algunas, están en poder de los habitantes, quienes las atesoran como un recuerdo de este sitio al que le atribuyen muchas historias.
Al acabar la luz del día y entrar la noche, nadie puede subir al cerro, ya que el duende o el ente que cuida el lugar, pierde a toda persona que atreve a acercarse y no lo vuelven a ver más, cuentan los vecinos.
El cerro de Guadalupe es considerado patrimonio cultural y está protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Algunos historiadores comentan que este lugar fue un centro ceremonial, y aunque no se ha profundizado en las investigaciones, se dice que hay una pirámide entre el montículo de tierra.
Manuela Ortiz, habitante de la colonia Guadalupe Borja, quien vive en las faldas del cerro, aseguró que ha escuchado, justo a media noche, como alguien camina arrastrando unas cadenas e infundiendo temor en el vecindario.
Asegura que han encontrado piezas arqueológicas como muñecos, jarritos, todos hechos con barro cocido. “Hace tiempo encontraron un muñeco de barro, lo guardaron en un ropero pero al día siguiente ya no estaba, es éste el que cuida el cerro”, dijo muy segura.
Manuela Ortiz ha escuchado extraños sonidos provenientes del montículo
El lugar guarda tesoros prehispánicos
