La obsolencia programada no es algo nuevo. Quizá pienses que esto se inventó cuando los fabricantes de smartphones decidieron lanzar equipos nuevos cada seis meses, pero este método tiene muchos años.
Productos fabricados para fallar y ser reemplazados. Este efecto tiene varias vertientes, como el estético, que es cuando una empresa convence a los compradores de adquirir algo novedoso.
Pero el anterior es solo un ejemplo de varios tipos de obsolencia programada. Algunos de los más interesantes son: obsolescencia indirecta, obsolescencia funcional por defecto, obsolescencia por incompatibilidad, obsolescencia psicológica y obsolescencia por notificación.
ELÉCTRICOS Y ELECTRÓNICOS
Cuando uno de ellos falla, la persona del servicio técnico te sugiere que es más rentable comprar uno nuevo.
BATERÍAS
Es una tendencia en la actualidad. Si no deseas cambiar o actualizar un smartphone, tienes que mantener su batería en buen estado. Pero es casi imposible.
VIDEOJUEGOS
La falta de compatibilidad entre consolas inició en 1990 con Nintendo. Y ahora es casi imposible pensar que tu juego favorito dure más de siete años.
FOCOS
Quizás uno de los ejemplos más significativos de la obsolencia programada. Cuando se inventó la bombilla, se hizo de tal manera que su duración fuera de casi 100 años. Pero no se continuó con el proyecto.
SOFTWARE
El problema no es que haya actualizaciones, el software debe protegerse de virus y estar al día en codificación, sin embargo, se creó la necesidad de tener elementos como más RAM o mejor tarjeta de video.
CAFETERAS
Es uno de esos ejemplos por lo que varios hemos pasado. Las reparaciones de cafeteras con caras. Estos productos parecen estar hechos para tener una vida bastante corta.
CARTUCHOS DE TINTA
Los chips inteligentes integrados en estos cartuchos desactivan una impresión cuando llegan a cierto límite.