Juan Carlos I, rey emérito de España, anunció este lunes que el próximo 2 de junio abandonará su actividad pública, al cumplirse cinco años de su abdicación en favor de su hijo, Felipe VI.
El monarca, de 81 años, comunicó a su hijo esta decisión en una carta en la que asegura que ha llegado el momento de pasar «una nueva página» en su vida y completar su retirada de los actos públicos, según un comunicado del Palacio de la Zarzuela.
«Desde el año pasado, cuando celebré mi 80 cumpleaños, he venido madurando esta idea, que se reafirmó con motivo de la inolvidable conmemoración del 40 Aniversario de nuestra Constitución en las Cortes Generales», añade el rey emérito en la misiva.
Ese acto solemne en el Congreso de los Diputados, celebrado el pasado 6 de diciembre, asegura que estuvo lleno de emoción para él y que le hizo evocar «con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar -afirma- mi sentimiento de permanente gratitud hacia el pueblo español».
Un pueblo que considera que es «el artífice y principal protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente».
«Con una firme y meditada convicción, hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de desarrollar actividades institucionales a partir del próximo 2 de junio», avanza a Felipe VI en la carta.
Una misiva en la que asegura que toma también su decisión «desde el gran cariño y orgullo de padre que -subraya- por ti siento».
«Con mi lealtad siempre. Un grandísimo abrazo de tu padre», termina.
Juan Carlos I protagonizó su último acto institucional, de carácter histórico, el pasado día 17, y no está prevista su presencia en ninguno en esta semana.
Ha sido rey de España durante 39 años desde que fue proclamado el 22 de noviembre de 1975 uno de los reinados más largos de la historia del país, durante el que dirigió la transición de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) a la democracia.
El 2 de junio de 2014, a los 76 años, anunció su decisión de poner fin a su reinado y abdicar en su hijo para abrir así «una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación», según dijo el monarca en un mensaje dirigido a la nación.
Nacido en Roma el 5 de enero de 1938, Juan Carlos I tuvo una intervención decisiva en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, con la que se ganó el respeto, tanto en España como en el extranjero.
Durante estos años ha impulsado un nuevo estilo en las relaciones iberoamericanas, con su asistencia a todas la Cumbres celebradas desde 1991, y ha recordado siempre la vocación europea de España, alentando su proceso de integración en Europa.
Su primer viaje oficial al extranjero como rey emérito fue a Colombia el 5 de agosto de 2014 para asistir a la investidura del segundo mandato de Juan Manuel Santos.
Los últimos los realizó a Cuba en noviembre de 2016 para asistir a los funerales de Fidel Casto y a Chile para la toma de posesión de Sebastián Piñera en marzo de 2018.
Juan Carlos I ha sido intervenido quirúrgicamente en una decena de ocasiones en los últimos años.
Por su especial relevancia, destacan las intervenciones sufridas en mayo de 2010, para extirparle un nódulo pulmonar, y en abril de 2012, de una fractura de cadera. Esta última coincidió con un momento crítico de la crisis económica española y tras un viaje privado a Botsuana.
En un gesto sin precedentes pidió el 18 de abril de 2012 disculpas públicamente por ello, al afirmar, «Lo siento mucho; me he equivocado y no volverá a ocurrir».
También ha sido testigo de momentos duros en su familia, como el divorcio de su primogénita, la infanta Elena, y la implicación de su yerno Iñaki Urdangarín, marido de la infanta Cristina, en un caso de corrupción por el que cumple una condena de cinco años y diez meses de cárcel.