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La congresista por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez criticó el pasado martes a las autoridades fronterizas de Estados Unidos después de visitar un centro de detención en la frontera con México, donde aseguró que fue testigo de cómo los migrantes viven allí en condiciones “horribles”.
“Ahora he visto el interior de estas instalaciones. No son sólo los niños. Son todos. La gente bebe de los inodoros”, tuiteó Ocasio-Cortez. “Díganme cuántas de estas cosas se deben a falta de fondos”, cuestionó la representante.
Además, la congresista por Nueva York denunció que los trabajadores de la CBP también se rieron públicamente de los congresistas que visitaron el lunes los centros de detención de migrantes.
“No me sentí segura y (los agentes) me amenazaron sexualmente”, agregó la joven representante ante los medios.
La legisladora dijo que comunicó esta situación a los superiores y que le respondieron que “los agentes actúan bajo estrés y a veces se comportan mal”.
HOSTIGAMIENTO A ACTIVISTAS. Por otra parte, Amnistía Internacional (AI) denunció ayer que existe una campaña de “acoso”, intimidación y amenazas por parte de las autoridades de EU y de México contra defensores de los derechos de los migrantes.
Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de AI, lamentó que por primera vez se lance una denuncia así contra EU, y denunció que las políticas “restrictivas” de Donald Trump hacia migrantes y refugiados generan un clima de “persecución” contra quienes los defienden.
La denuncia forma parte del informe “Salvando vidas no es un crimen”, presentado ayer en San Diego, y que incluye 23 entrevistas a activistas, abogados y periodistas. Todos ellos, indica AI, son sujetos desde 2018 a interrogatorios, detenciones e inspecciones a sus computadoras y teléfonos celulares al cruzar la frontera.
“INHUMANOS”. Finalmente, ayer miles de personas se concentraron en 180 protestas exigiendo el cierre de los “inhumanos” centros de detención de migrantes y para reclamar al Congreso que no apruebe más fondos para la CBP ni para el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Las manifestaciones se realizaron frente a edificios del gobierno federal y oficinas de legisladores, tanto demócratas como republicanos, que regresaron a sus regiones con motivo del feriado del 4 de julio, para que se clausuren unos centros de detención que muchos califican de “campos de concentración”.
