Digitalee desapareció por falta de recursos

Uno de los proyectos que la Secretaría de Cultura federal consideró oneroso fue la plataforma Digitalee, la cual terminó su ciclo de vida el pasado mes de abril. Este servicio de préstamo de libros online en español, creado ante la falta de librerías en el país, reunió 6 mil 357 títulos y más de 24 mil 230 usuarios.

Digitalee nació en 2016, estaba administrado por Educal —hoy en proceso de fusión con el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Dirección General de Publicaciones—, era un servicio de la Dirección General de Bibliotecas (DGB) e incluía autores como Orhan Pamuk, Roberto Bolaño, Günter Grass, Pedro Salmerón, Jorge Volpi, Rosa Beltrán y Francisco Hinojosa.

A través de un tuit y después de que varios usuarios preguntaran en redes sociales por qué ya no funcionaba la plataforma, la DGB escribió: “Concluyó el contrato y por su costo es difícil su continuidad”.

Crónica solicitó una explicación más amplia a la Secretaría de Cultura federal sobre el costo, no obstante, Marx Arriaga Navarro, titular de la DGB, comentó no conocer las cifras ya que la plataforma no era una responsabilidad de la DGB, sino de Educal.

Arriaga Navarro indicó sólo tener conocimiento de dos contratos para la adquisición de libros electrónicos firmados por el Departamento de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios de la Secretaría de Cultura.

El primero corresponde a 2018 (SC/DGB/AD/01935/18) e indica que por 1 millón 400 mil pesos (sin IVA) el proveedor Educal S.A. de C.V adquirió mil 900 títulos electrónicos y audiolibros para usarse en Digitalee.

El segundo es de 2017 (OR/12/2017 caso 136) y señala que por 465 mil 553 pesos se adquirieron 273 libros electrónicos mediante la plataforma eBooks EBSCO host para la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) con la posibilidad de ser usados por una cantidad indeterminada de usuarios.

Arriaga Navarro añade (oficio DGB/0527/2019) que respecto a la continuidad del servicio, “le informo que fue suspendido debido al término del contrato y a la falta de recursos para cubrir el costo del servicio”, además —indica— “no se encontró ningún documento a través del cual se haya comunicado internamente el fin de las operaciones del portal Digitalee”.

Sin mencionar cifras, agrega, “el factor que determinó no dar continuidad a este servicio fue la terminación del contrato con Educal y la imposibilidad de renovarlo debido al costo que implica cubrir las erogaciones del mencionado contrato”.

No obstante, Digitalee está integrada a la página TodoCultura, portal que la actual administración de la Secretaría de Cultura creó para reunir todas las plataformas y aplicaciones culturales que se han generado en administraciones pasadas.

ACCESO A LA CULTURA. En el documento Memoria 2013-2018. Dirección General de Bibliotecas se menciona que Digitalee contribuía al derecho humano de acceso a la cultura.

“Es decir, contribuir a la igualación de oportunidades de acceso a los títulos más recientes entre la población con posibilidades de adquirirlos en librerías y la población de menores recursos o que habita en localidades que carecen de puntos de venta de libros”, precisa.

También se indica que el catálogo inicial de Digitalee fue una selección de 3 mil 26 títulos de literatura, arte, ciencia, tecnología, filosofía, psicología, historia, religión, ciencias sociales, salud, deportes y libros infantiles y juveniles publicados en los últimos cinco años.

“A partir del inicio de la plataforma, se fueron incorporando mes a mes las novedades editoriales del momento, hasta llegar en noviembre de 2018 a 6 mil 357 títulos adquiridos”.

Digitalee seleccionó y adquirió, a través de Educal, licencias de uso de los títulos de interés para su integración a la plataforma, añade el informe.

“Cada licencia permite hasta 24 descargas en promedio bajo un esquema de usuario único que emula el funcionamiento de la biblioteca física, con la posibilidad de préstamo de un máximo de dos títulos por lector durante 21 días”.

En la página de Digitalee, ya fuera de servicio, se mencionaba que los libros podían leerse desde cualquier dispositivo conectado a internet: computadora, tablet, teléfono inteligente o lector de libros electrónicos; que los usuarios podían descargar la aplicación para Android o IOS, o bien, acudir a la red de bibliotecas públicas del país que administra la DGB.

Algunos títulos en préstamo eran: Cuentos completos, de Sergio Ramírez; Queremos tanto a Glenda, de Julio Cortázar; 2666, de Roberto Bolaño; A fuerza de palabras, de Vicente Leñero; Donde se enseñaba a ser feliz, de Clarice Lispector y Una sensación extraña, de Orhan Pamuk.

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