Semillero de sacerdotes: la historia del Seminario Mayor

A casi 51 años de su fundación, el Seminario Mayor sigue siendo un semillero de sacerdotes. Tiene a su cargo hasta 140 seminaristas y cada año logra ordenar hasta cuatro nuevos sacerdotes, en total han sido más de 200.

El camino no es fácil, pues deben pasar 12 años en estudio complementado con el servicio.

Miguel Ángel Apastillado Pérez, rector del Seminario Mayor desde hace cinco años, narra que este nació el 31 de octubre de 1968 con el obispo Antonio Hernández Gallegos, inicia con 22 jóvenes de secundaria y prepa, con el paso de los años incrementó el llamado pastoral vocacional.

El plan educativo contempla un curso introductorio, quienes lo aprueban llevan tres años de Filosofía, materia relacionada con la formación de la mente e inteligencia, estudian tres aspectos fundamentales: Dios, el mundo y el hombre.

Quienes buscan ser sacerdotes y aprueban ambos cursos, pasan a Teología, que tiene cuatro momentos donde el estudio busca profundizar en relación a Dios.

La preparación lleva hasta 12 años y quienes inician desde el Seminario Menor pasan directo al Mayor, siempre que hayan aprobado todo el proceso. “En la preparatoria son tres, un año de introductorio, siete más en el Seminario Mayor, un año de pastoral, luego vendrá la ordenación como diácono y finalmente ordenación como presbítero”, detalla.

Llegar al último paso requiere de paciencia, pues para pasar de seminarista a diácono se debe hacer una petición al Obispo que esté en turno, tras seis meses de análisis de los reportes de comportamiento y avances, se decide si se acepta o rechaza la solicitud. Si es aceptada, inicia otro periodo de un año más, se solicita la ordenación sacerdotal, la cual requiere del mismo proceso.

“Se piden informes al Seminario y nosotros decimos qué inconsistencias ha tenido su proceso, y lo que no ha dado resultado se le marca y se le dice por qué. Es el Obispo quien da respuesta”, explica.

Hoy, 84 jóvenes que están en proceso de formación llegan al Seminario Mayor a las cuatro de la tarde, luego de haber disfrutado de sus vacaciones. Un grupo de 40 está en el Seminario Menor, y otros 35 en el curso introductorio que se da en Cupilco.

Cada casa tiene a sus sacerdotes formadores, en el caso del Seminario Mayor son cinco: dos en Teología, dos en Filosofía y el rector. Ellos son los encargados de guiar a los jóvenes hasta que logren ser parte del presbiterio.

Los grupos de estudiantes son pequeños, no más de 22 jóvenes, con el objetivo de que sean llevados de la mano por sus guías y disciernan su continúan o se retiran.

La edad promedio de ordenación es entre 25 y 30 años, son ordenados entre tres y cuatro, sin embargo, hay grupos que rebasan los 10, como ocurrió hace cinco años.

Quienes logran ordenarse son enviados a diferentes parroquias del estado, van como vicario (ayudante del párroco), administrador, o si hay mucha urgencia como párroco, pero siempre se busca que siga en formación.

En la actualidad, el reto del Seminario Mayor es: “Poder acompañar a los jóvenes que están cursando sus estudios, estar cerca para que disciernan y darles un acompañamiento casi personal, eso requiere tiempo y dedicación”, puntualiza el rector Miguel Ángel Apastillado Pérez.

LA HISTORIA EN SUS PAREDES 

Ubicado en Villa Parrilla, el Seminario Mayor cuenta con cinco edificios, dos capillas pequeñas que son usadas por los alumnos de Teología y Filosofía, y una capilla principal donde se oficia misa cada jueves por la tarde.

Cada edificio alberga a 16 jóvenes en la planta de arriba, mientras que en la planta de abajo hay salones. En un edificio están los formadores.

El Seminario se sostiene de tres fuentes: el pago de las colegiaturas de los seminaristas, que es de 500 pesos, algunos están becados por la feligresía que contribuye de manera mensual cubriendo sus pagos; la segunda es la colecta anual de la Diócesis, que se hace el primer domingo de diciembre y representa el ingreso más fuerte del año; y la tercera es el festival Un día en el Seminario, que a través de la venta de alimentos, artículos religiosos y juegos permite reunir recursos.

El sacerdote hizo un llamado a la ciudadanía para que continúe donando, en la medida de sus posibilidades, y puedan seguir formando a los jóvenes que en los próximos años serán sacerdotes.

“El Seminario es una institución educativa que está orientada a formar a los sacerdotes, por eso pedimos la oración, pero también el apoyo material, pues en un Seminario donde hay 140 jóvenes, necesitamos comer. Lo que podamos recibir de las personas de buena voluntad, lo agradecemos”, dijo.

«(El reto es) poder acompañar a los jóvenes que están cursando sus estudios, estar cerca para que disciernan y darles un acompañamiento casi personal, eso requiere tiempo y dedicación”

Miguel Ángel Apastillado Pérez

Rector del Seminario Mayor

FUNDACIÓN

• 31 de octubre de 1968
• Fundador: Monseñor Antonio Hernández Gallegos
• 200 sacerdotes ordenados en su historia
• 140 jóvenes han iniciado en alguna de las casas
• 84 jóvenes están en el Seminario Mayor
• 12 años se estudia para ser sacerdote
• 25-30 años es la edad en que se ordenan sacerdotes
• 5 edificios conforman el Seminario Mayor
• 16 jóvenes están en las partes superiores
• Los salones y oficinas están en la parte baja de los edificios

SOSTENTO ECONÓMICO

• 500-600 pesos aportados por los seminaristas
• 20%-30% de los seminaristas están becados
• Colecta anual para el Seminario Mayo, se realiza el primer domingo de diciembre y permite alimentar a los seminaristas y sus gastos
• El Festival “Un día en el seminario”, kermés anual donde participa un 40% de las parroquias, permite rehabilitar la infraestructura

Fuente: Rectoría del Seminario Mayor

Fue fundado el 31 de octubre de 1968, con la participación de 22 interesados

El rector, Miguel Ángel Apastillado, señaló que es un proceso que requiere paciencia

Fotos Víctor Ek May