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La capacidad de México para generar electricidad a partir de energía solar creció 68 por ciento en los primeros siete meses de 2019, al pasar de 3 mil 57 megawatts (MW) a 4 mil 519 MW, de acuerdo con una evaluación presentada hoy y que fue hecha por empresas, académicos y organismos multilaterales de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), la agencia de Cooperación alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ) y la asociación Solar Power Europe (SPE).
La explicación del incremento en capacidad de generación, a lo largo de 2019, se debe a la gran disponibilidad de radiación solar en 85 por ciento del territorio del país y a una reducción de 80 por ciento en los costos de instalación de equipos, en los últimos diez años. El estudio recomienda conectar estas instalaciones a la red nacional para abastecerse de esa energía generada, en tiempo real.
“Para seguir con esta tendencia de crecimiento, la digitalización del sector solar es clave”, indica el informe, que se centra en cómo los modelos de negocio del sector solar fotovoltaicos han evolucionado a partir de la instrumentación de la tecnología digital en toda su cadena de valor, desde los procesos de manufactura, operación, mantenimiento y diseño de instalaciones hasta la gestión de los activos.
REDES INTELIGENTES. El estudio presentado por los investigadores de Asolmex, la agencia GIZ y la asociación SPE subraya que en México deber ser prioridad garantizar el acceso universal a la electricidad, y que las tecnologías digitales son la punta de lanza para lograr este objetivo.
“En este sentido, el desarrollo de modelos como la generación distribuida colectiva y las microrredes interconectadas a la red pueden ser acelerados a partir de soluciones digitales como los medidores inteligentes, la tecnología de almacenamiento por baterías, la inteligencia artificial, las redes punto-a-punto y la tecnología blockchain”, indican los autores.
Los medidores inteligentes ofrecen soluciones para desarrollar nuevos modelos de negocios como los edificios inteligentes, data hubs descentralizados, GSD colectiva, y así contribuir al desarrollo de las redes inteligentes.
En segundo lugar, al impulsar la digitalización, las redes punto-a-punto pueden favorecer la descentralización de la energía al fomentar el comercio entre iguales. Sobre este punto, recomiendan aplicar lo último en materia de ciberseguridad y protección de datos.
Una tercera recomendación del estudio es que la tecnología blockchain propone soluciones inteligentes para garantizar la seguridad de los datos del usuario final. El núcleo de la tecnología blockchain es la transparencia, la trazabilidad e inmutabilidad de la información, por lo que el objetivo principal de esta tecnología es empoderar al usuario final y poder convertirlo en un “prosumidor”. En conjunto, estas tres tecnologías aplicadas a la GSD colectiva impulsarán la democratización de la energía.
Adicionalmente, afirman que la tecnología de almacenamiento por baterías ofrece una variedad de soluciones aplicables al sector solar fotovoltaico. Una aplicación de esta tecnología, en conjunto con el análisis de big data e inteligencia artificial, es la reducción de la demanda máxima o peak shaving de forma automatizada. A partir de la implementación de algoritmos de control es como se logra optimizar esta demanda, a partir del análisis de datos se identifica un perfil de demanda y a través del machine learning, el sistema discrimina los horarios en que debe almacenar y utilizar la energía de su central solar.
El estudio aporta elementos prácticos y casos de éxito de cómo la digitalización puede ser una vía exitosa para integrar más energía renovable al sistema eléctrico al mejorar la confiabilidad, disponibilidad y eficiencia de la red.
