Corea del Norte dio ayer un severo revés al proceso de diálogo que desde hace casi dos años mantiene con Estados Unidos para tratar de lograr la paz en la península coreana al anunciar ante la ONU que saca de encima de la mesa de negociación la posibilidad de renunciar a su arsenal nuclear.
En un comunicado, el embajador norcoreano ante Naciones Unidas, Kim Song, dejó clara la frustración de Piongyang con las negociaciones, estancadas desde febrero de 2019, tras la fracasada cumbre de Hanói entre el presidente de EU, Donald Trump, y el dictador norcoreano, Kim Jong-un.
Kim consideró que Washington está usando el diálogo para avanzar en su “agenda política doméstica”, puesto que se encuentra inmerso en el proceso electoral para las presidenciales de noviembre de 2020 y, por tanto, no es “nada más que un truco para ganar tiempo”.
“No necesitamos tener extensas conversaciones con EU ahora, y la desnuclearización ya se ha quitado de la mesa negociadora”, afirmó el diplomático norcoreano.
El desencuentro en las negociaciones entre ambos países radica en las altas exigencias de Estados Unidos para garantizar la seguridad y continuidad del régimen-estado norcoreano, pieza fundamental de la negociación para que Pyongyang entregase sus armas nucleares.
TENSIÓN CRECIENTE. La tensión entre ambos países ha crecido desde hace días, cuando primero Norcorea alertó a EU que quitaría la desnuclearización de la mesa de diálogo si no veía avances antes de terminar 2019. Luego este pasado martes Trump calificó a Kim de nuevo como “hombre cohete” durante la cumbre de la OTAN de Londres, y la réplica norcoreana no se hizo esperar: la cancillería le llamó “senil” el jueves y criticó duramente sus declaraciones.
Estos cruces verbales distan de la relajación que ambos mandatarios mostraron durante su primera e histórica cumbre, en Singapur en junio de 2018. Se parecen más a la retórica belicista que ambos mantuvieron entre el verano de 2017 y finales de año, cuando Kim hizo amplias baterías de pruebas de misiles y Trump llegó a amenazar con “borrar” a Norcorea del mapa.
LA RESPUESTA: CALMA. “Me sorprendería mucho si Corea del Norte actúa de manera agresiva, tengo muy buena relación con Kim Jong-Un. Creo que los dos queremos que siga de esa manera. Él sabe que tengo una elección pronto y no creo que quiera interferir con algo así”, respondió Trump en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
El presidente estadunidense mantuvo la calma y agregó que Kim “es alguien a quien he llegado a conocer muy bien en los últimos tres años, así que veremos qué pasa”, aunque finalmente admitió que ahora mismo existe “hostilidad” entre ambos países.