Donald Trump sufrió ayer el día más humillante de su carrera política, tras convertirse en el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en ser sometido a un juicio político o impeachment. Los otros dos presidentes, ambos demócratas, salieron absueltos, Andrew Johnson, en 1968, y Bill Clinton, en 1998.
Tras seis horas de tenso y agrio debate entre demócratas y republicanos, la Cámara de Representantes votó en dos ocasiones, una por cada cargo de los que fue acusado en días previos por el comité que investigó al Presidente: abuso de poder y obstrucción al Congreso. Ambos cargos (o articles of impeachment, como está escrito en la Constitución de EU) salieron adelante gracias a la mayoría demócrata y con el voto en contra de todos los legisladores de la minoría republicana.
El cargo de abuso de poder (por presionar al presidente de Ucrania para que investigase al hijo de Joe Biden, su rival más peligroso de cara a las elecciones de 2020) salió adelante con 230 votos a favor y 197 en contra (dos de ellos demócratas) y el de obstrucción al Congreso (por prohibir a testigos clave del escándalo que fueran interrogados por los comités de investigación) salió adelante con 229 a favor y 198 en contra (tres de ellos demócratas).
“No nos ha dejado otra opción”. “No nos ha dejado otra opción”, afirmó la presidenta de la Cámara, la veterana demócrata Nancy Pelosi, al abrir el debate. “Estamos aquí para defender la democracia del pueblo”, añadió.
Pelosi, tercera autoridad de la nación y líder de los demócratas en Washington, compareció vestida de oscuro y habló con tono sereno y grave, tratando de transmitir una idea de solemnidad institucional que contrarreste las críticas de Trump y los republicanos, que acusan a la oposición de actuar por revanchismo político.
“El impeachment más débil y rápido”. Ahora el proceso pasará al Senado, donde se espera que se celebre el juicio político al mandatario a partir de enero. Allí los republicanos mantienen el control por un ligero margen, de 53 frente a 47, a lo que se suma que el impeachment exige además una mayoría de dos tercios, por lo que la destitución de Trump parece improbable.
“Este será el impeachment más rápido y débil de la historia”, advirtió el líder de la minoría republicana, Kevin McCarthy, al final del debate.