Por: Pachela Gaudiano
La violencia tiene un rostro evidente cuando hay gritos y golpes, pero que puede también ocultarse en las formas más sutiles: aquellas en las que hasta podría parecer fuera de lugar nuestra sensación de malestar, aquellas que gozan de cierta aceptación social. Contrario a lo que a veces pensamos, la violencia no implica sólo golpes o insultos, existen otras formas que son justamente las más peligrosas, ya que es mucho más difícil detectarlas en nuestras propias relaciones.
El noviazgo es la antesala al matrimonio o a la unión permanente de una pareja. En esta etapa es muy común que la violencia sea disfrazada de amor, lo que la hace prácticamente invisible: los signos del maltrato durante el noviazgo son desconocidos para gran parte de las y los jóvenes, quienes los confunden con muestras de afecto que, en realidad, ocultan conductas violentas.
Así el noviazgo puede convertirse en un caldo de cultivo para las actitudes violentas dirigidas, sobre todo, hacia las mujeres. Los Pellizcos, los celos, las llamadas que no paran, el chantaje emocional, insultos o incluso alguna bofetada son tolerados muchas veces por las adolescentes en nombre del “amor”. Muchas chavas no saben que sufren violencia en el noviazgo porque no cuentan con la información ni la consciencia suficiente para identificarla. Es muy común que frases como: “no te vistas así’”, “no quiero que le hables a tus amigas”, “no te lleves con él porque quiere contigo”, “¿no crees que estás muy arreglada?, “demuéstrame tu amor”, se confundan como manifestaciones de amor, cuando en realidad se trata de mecanismos de control. Éstas y otras situaciones aparecen desde el inicio del noviazgo y conforme se desarrolla la relación, paulatinamente cobran mayor intensidad y frecuencia, reproduciendo círculos de violencia y poder.
Actualmente existen tantos mitos acerca del “amor” y de como actúa supuestamente un “hombre enamorado” que precisamente tendemos a glorificar que entre más celoso, mas pendiente y más tiempo quiera estar al lado de su novia, entonces, más la quiere. Sí le pide que le hable siempre a la hora que llegue a su casa, si le manda mensajes constantemente y hablan a todas horas entonces socialmente es visto como un hombre enamorado y preocupado por su pareja, en lugar de ser visto como alguien que tiene conductas violentas y que lo único que quiere es tener control absoluto de la vida de su novia.
El patrón de abuso que sufren las mujeres adolescentes en una relación de pareja es similar al que sufre una mujer maltratada adulta. La violencia se presenta en un ciclo llamado “ciclo de violencia” en el cual la mujer se encuentra atrapada. Las diferentes formas de violencia se presentan en este ciclo, ya que el abuso emocional puede estar acompañado de violencia física o violencia sexual. Otra forma de violencia es la famosa “prueba de amor”, muchas veces las jóvenes no se sienten listas de empezar una relación sexual pero se sientan obligadas a hacerlo ya que si no piensan que su pareja las dejará por alguien que si lo haga. El problema con una relación de violencia en un noviazgo es que seguramente irá incrementando la violencia pero como punto más relevante es el grado de aceptación social del que goza y de como en muchas ocasiones el papá y la mamá de las víctimas, naturalizan ciertos patrones violentos, confunden con “amor juvenil” lo que debería ser focos rojos de ambos lados y más de una vez he platicado con muchas mamás y muchos papás arrepentidos de que en sus narices tenían una relación tóxica y no supieron ni que hacer, ni como abordarlo y en ocasiones hasta ellos mismos lo fomentaron.
El Instituto Nacional de Las Mujeres (INMUJERES) publicó un test para detectar un tipo de violencia psicológica que se ejerce a través de las redes sociales, si respondes SI a tres o más preguntas, entonces estás viviendo violencia, OJO el test aplica tanto a hombres como mujeres:
1. ¿Le temes a su carácter impredecible o las reacciones de enojo de tu pareja, y evitas hacer o decir ciertas cosas “para que no se enoje”?
2. Tu pareja, ¿te grita, te insulta, te critica, te ignora o te dice frases humillantes con cierta frecuencia? Cuando esto sucede,
3. ¿Tú lo justificas echándote la culpa por su reacción? O bien, ¿tu pareja te culpa por su propio comportamiento abusivo?
4. ¿Alguna vez tu pareja te ha tratado tan mal delante de tus amigos o familia, que te has sentido avergonzada?
5. ¿Te ha forzado o chantajeado para tener relaciones sexuales? Si hablas de separación,
6. ¿Te manipula amenazándote con matarse, hacerte daño, destruir tus cosas o llevarse a los niños?
7. ¿Es excesivamente celoso o posesivo?
8. ¿Te controla llamándote con demasiada frecuencia, preguntándote todo el tiempo dónde y con quién estás, y saboteando tus intenciones de ver a tu familia o amigos?
9. ¿Sientes desesperación, quieres terminar con la situación y no sabes cómo hacerlo?
Pachela Gaudiano Rovirosa
Presidenta de la Asociación Civil Hay Salida
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