Duro combate contra el coronavirus en Occidente

China se preparaba para cerrar hospitales temporales el miércoles y Corea del Sur tenía problemas para encontrar camas suficientes para sus pacientes, mientras la epidemia de un nuevo virus que se originó en Asia causaba cada vez más problemas en Occidente.

“Hemos entrado en una fase que durará semanas e, indiscutiblemente, meses”, dijo Emmanuel Macron, presidente de Francia, donde hay más de 200 casos de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.

A medida que el número de casos bajaba el China, el país más castigado y donde se descubrió el virus en diciembre, las infecciones subían en los focos que más preocupan _ Corea del Sur, Italia e Irán _ que superan los 2.000 pacientes cada uno. Italia superó además a Irán como el lugar con más decesos por coronavirus fuera de China, con 79 hasta el martes.

Aunque el virus provoca una patología más grave y más muertes que la gripe común, los datos sugieren que es más difícil de contraer, señaló el presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“La gente tiene miedo y dudas. El miedo es una respuesta humana natural a cualquier amenaza”, dijo Tedros. “Pero a medida que tenemos más datos, comprendemos cada vez más este virus y la enfermedad que causa”.

En Daegu, la ciudad surcoreana en el epicentro del brote en el país, la falta de espacio en hospitales suponía que alrededor de 2.300 pacientes estaban siendo atendidos en otras instalaciones mientras esperaban una cama en un centro médico.

“Estoy convencido de que Podemos superar absolutamente esta situación”, afirmó el primer ministro de Corea del Sur, Chung Se-Kyun, en una reunión sobre las medidas de cuarentena en Daegu.

China reportó 119 nuevos casos el miércoles, todos a excepción de cinco en Wuhan, donde se detectó el coronavirus. En un indicio del cambio de tendencia, el responsable de Salud de la capital, Beijing, señaló que dos de los nuevos casos allí se contrajeron aparentemente en el extranjero, en Irán e Italia.

Se espera que la provincia de Hubei, donde está Wuhan, cierre gradualmente los hospitales temporales que construyó a toda prisa, donde hay miles de camas vacías, reportó la agencia noticiosa estatal china Xinhua.

“Creemos que este descenso es real”, dijo la experta de la OMS Maria Van Kerkhove acerca de China. El país reportó 80.270 casos y 2.981 fallecidos, lo que equivale a alrededor del 85% de los contagios registrados en todo el mundo y el 95% de las muertes.

En Italia, la cifra de muertos subió notablemente el martes, con 45, en su mayoría en la región norteña de Lombardía, donde se concentra el brote.

El temor por la propagación del coronavirus llevó al Vaticano a insistir en que el papa Francisco no está infectado. El pontífice cayó enfermo la semana pasada, pero la Santa Sede dijo que padece solo un resfriado.

La inestabilidad en los mercados financieros de todo el mundo se atribuyó al brote. Las bolsas asiáticas tuvieron un comportamiento dispar el miércoles luego de que Wall Street continuó con su desempeño irregular pese a un rebaja de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Negocios de todo tipo sufrían las consecuencias a medida que bajaban los viajes y el turismo y los preocupados consumidores cambiaban de hábitos.

“La gente tiene miedo de tocar algo o de llevarse algo”, dijo Maedeh Jahangiri, una vendedora de perfume en un centro comercial de lujo de la capital de Irán, Teherán. “Todo el mundo está desorientado”.

Irán reportó 2.336 casos de COVID-19, que afectaría también a al menos 23 miembros del parlamento.

España tenía a docenas de trabajadores de salud en cuarentena o bajo vigilancia luego de que al menos cinco contrajeron la enfermedad. En Francia, el gobierno requisó todas las existencias actuales y futuras de mascarillas para asegurar que llegan al personal sanitario y a los enfermos. En Gran Bretaña, el primer ministro, Boris Johnson, advirtió que el número de casos podría ampliarse y presentó un plan de 25 páginas para el peor de los escenarios, en el que médicos y enfermeros retirados serían llamados a trabajar y la policía podría dejar de investiga delitos menores para ayudar a lidiar con el brote.

En Estados Unidos, nueve personas murieron, todas ellas en Seattle y sus inmediaciones, en el estado de Washington, donde se temía que la cifra de 27 casos pueda aumentar drásticamente. En total, en el país hay más de 120 pacientes de COVID-19.

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