Más de 3 mil millones de personas en todos los continentes están confinadas hoy en un mundo castigado y asustado ante el avance de una pandemia que ha causado más de 27 mil muertos y se ceba especialmente con España e Italia, mientras en China la vida intenta retornar paulatinamente.
Italia y España son los países del mundo que registran los balances de muertos más trágicos.
En Italia, la Covid-19 ha matado a casi mil personas en 24 horas, una cifra inédita para un solo país desde el comienzo de la pandemia. El total de fallecidos es ahora de 9 mil 134.
En España, las cifras anunciadas este sábado son igualmente desoladoras: 832 fallecidos en 24 horas y un saldo total de decesos ya supera los 5 mil.
Especialmente castigada está la región de Madrid, donde el balance de muertos es de 2 mil 757.
A partir del lunes se habilitará una segunda morgue en la capital en una instalación pública hasta ahora inutilizada. Se sumará así a la ya instalada en la pista de patinaje sobre hielo de un centro comercial.
El ejército y las autoridades locales también tuvieron que habilitar en un pabellón de congresos de Madrid un hospital de campaña con capacidad para un máximo de 5 mil 500 camas.
Según cálculos con base en cifras oficiales, este sábado había más de 600 mil casos registrados de coronavirus en el mundo.
El país con más contagios es Estados Unidos, con un total de 100 mil y mil 600 fallecidos. Esta situación llevó al presidente Donald Trump a ordenar por decreto al fabricante de automóviles General Motors producir respiradores artificiales, que se agotan en los hospitales y son vitales para los pacientes.
«Están racionando los equipamientos», dijo Diana Torres, de 33 años, enfermera en un hospital de Nueva York principal foco de la epidemia en Estados Unidos.
«Nos tenemos que poner una bolsa de plástico sobre la ropa de protección con la que trabajamos para que dure más tiempo», afirmó.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que «la escasez crónica mundial de equipos de protección individuales» para el personal sanitario representa una «amenaza inminente» en la lucha contra la enfermedad.
«Hay mucho desabastecimiento de todo y hace falta mucho trabajo para conseguir cosas tan simples como guantes, termómetros, paracetamol o geles», explicaba en una entrevista Toni Dovale, jugador de futbol español y farmacéutico, que cambió el balón por la bata blanca ante el avance de la pandemia.