El primer ministro libanés, Hasan Diab ha asegurado que las explosiones en Beirut, que dejan ya más de 100 muertos y 4.000 heridos, según el último balance -entre ellas su mujer y su hija-, fueron causadas por la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenadas en el puerto de la capital libanesa.
«Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema», declaró el primer ministro en la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa. Diab prometió que los responsables deberán «rendir cuentas» y pidió ayuda a los «países amigos». EEUU, donde su presidente cree que un «terrible ataque», ha anunciado estar «dispuesto a proporcionar asistencia» al pueblo libanés, mientras que Francia anunció el envío de ayuda.
Sin embargo, por las palabras del primer ministro, todo apunta a que el almacén donde se encontraba este fertilizante fue el origen de las explosiones que se han saldado con decenas de muertos y miles de heridos. Las imágenes difundidas por los medios locales y los testigos mostraron cómo se produce una primera detonación envuelta en fuego, seguida de una segunda que provoca un hongo blanco y una gran onda expansiva.
El nitrato de amonio es la base de muchos fertilizantes nitrogenados, y ha causado varios accidentes industriales o atentados como el cometido en 1995 en Oklahoma City, Estados Unidos, por un supremacista blanco. El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora que se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados en forma de gránulos, aminonitratos, altamente solubles en agua y que los agricultores compran en grandes bolsas. No son productos combustibles, sino oxidantes. Su detonación es posible en dosis medias y altas y en presencia de sustancias combustibles o fuentes intensas de calor.
Los medios locales difundieron o a lo largo de la tarde de este martes imágenes de naves arrasadas, edificios y tiendas dañados y personas que yacen en el suelo ensangrentadas, bajo los escombros. Las deflagraciones pudieron escucharse a decenas de kilómetros de la capital, según pudo saber este diario.
La zona del puerto, que concentra hoteles de lujo, zonas de ocio y edificios de oficinas y tiendas, se vio inundada de ambulancias, equipos de la Defensa Civil, bomberos y fuerzas de seguridad mientras numerosos heridos caminaban por las calles dirigiéndose a los hospitales, según testigos. Los centros sanitarios siguen intentando hacer frente como pueden a la gran cantidad de víctimas. Entre los heridos hay familias enteras y menores de edad. En las imágenes puede distinguirse a personas que gritan por el impacto de las explosiones, que han hecho añicos ventanas y dañado edificios en un radio de al menos siete kilómetros.
El almacenamiento del nitrato de amonio debe seguir estrictas normas para aislarlo de líquidos inflamables (gasolina, aceites, etc), líquidos corrosivos, sólidos inflamables o sustancias que emiten calor, entre otras sustancias prohibidos, según una hoja técnica del Ministerio de Agricultura francés.