El hombre de 29 años, a quien le dispararon agentes de la policía en Wisconsin el domingo, está paralizado de cintura para abajo, dijo su padre el martes.
Jacon Blake, que comparte nombre con su hijo, le dijo al “Chicago Sun-Times” que su hijo fue alcanzado por ocho balas y está paralizado de cintura para abajo.
Los médicos no saben si la parálisis es permanente.
El padre de Jacob Blake dijo que su hijo no estaba armado y culpó a los oficiales de los disturbios que estallaron en la ciudad luego del tiroteo.
“Esos policías que le dispararon a mi hijo, como a un perro en la calle, son responsables de todo lo que ha pasado en la ciudad de Kenosha”, dijo su padre. “Mi hijo no es responsable de eso. Mi hijo no tenía un arma. No tenía una pistola”.
Los agentes involucrados fueron puestos en licencia y el Departamento de Justicia del estado está investigando el tiroteo.
“Vamos a investigar enérgicamente los hechos de este caso y en este caso, como en cualquier otro caso que investiguemos, nuestra búsqueda de justicia será inquebrantable”, dijo Kaul.
A causa de este nuevo crimen policial contra un ciudadano de raza negra, la ciudad de Kenosha vivió este martes una segunda madrugada de fuertes disturbios, lo que ha desatado una ola de indignación y el temor a un segundo estallido de disturbios raciales en Estados Unidos, cuando se cumplen justo tres meses del asesinato de George Floyd, asfixiado bajo la rodilla de un policía blanco en Minneapolis.