El primer ministro británico, Boris Johnson, acusó a la Unión Europea de querer “dividir” al Reino Unido y pidió al Parlamento aprobar el proyecto de ley en disputa cuanto antes para hacer que Bruselas “retire sus amenazas de la mesa”.
La postura de Johnson tiene lugar después de que los Veintisiete dieran hasta finales de mes a Londres para que revisara el texto, por considerar que pone en duda varias disposiciones del acuerdo del Brexit.
En un artículo publicado en The Telegraph, el premier sostiene que pese al acuerdo y al mecanismo de seguridad previsto para Irlanda del Norte, el llamado ‘backstop’, “ahora escuchamos que a menos que accedamos a los términos de la UE, la UE usará una interpretación extrema del protocolo sobre Irlanda del Norte para imponer una frontera comercial total bajo el mar de Irlanda“.
“Nos están diciendo que la UE no solo impondrá tarifas sobre nuestros bienes que vayan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, sino que podrían detener el transporte de productos alimentarios” entre ambas partes del país, ha subrayado Johnson.
“Nunca creímos seriamente que la UE estaría dispuesta a usar un tratado, negociado de buena fe, para bloquear una parte de Reino Unido, para aislarla”, lamentó, asegurando que Londres quiere ayudar a la UE a “preservar la integridad de su mercado interior”.
“Pero no podemos dejar el poder teórico de romper nuestro país, de dividirlo, en manos de una organización internacional”, sostuvo Johnson.
El primero ministro señaló que el Gobierno tiene que proteger al país “de ese desastre” y por ello ha formulado la nueva ley de mercado interior, una “red de seguridad legal” con la que pretende “aclarar la posición y resolver las inconsistencias”.
Insistió en que la ley “protege los empleos y el crecimiento en todo Reino Unido al prevenir barreras comerciales entre sus naciones y regiones”.
“Significa que algo cuya venta se aprueba en Escocia o Gales debe ser bueno para venderse en Inglaterra o Irlanda del Norte, y viceversa”.
Se trata, pues, en palabras de Johnson de una ley “vital” y “crucial“, por lo que ha defendido la necesidad de sacarla adelante. Así, advirtió a los parlamentarios conservadores, ante la división en las filas ‘tories’, de que “no podemos volver a los días oscuros del año pasado, a las peleas que tanto minaron nuestras negociaciones”.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable de vigilar el cumplimiento del acuerdo del Brexit, Maros Sefcovic, trasladó el jueves al Gobierno británico, en una reunión en Londres, el ultimátum de los Veintisiete, que amenazan con emprender las acciones legales oportunas.
En un comunicado, Bruselas criticó que el proyecto de Ley “constituye una violación extremadamente grave del Acuerdo de Retirada y del Derecho Internacional”.
Las autoridades comunitarias también niegan que esta normativa sirva para proteger los Acuerdos de Viernes Santo, como argumenta Londres, sino “lo contrario”.
El proyecto de ley del Gobierno británico para el mercado interior supondría eliminar varias disposiciones del acuerdo de salida, en especial en lo que afecta al protocolo diseñado para proteger los Acuerdos de Viernes Santo en el Úlster. Londres quiere eliminar los controles a las mercancías que se comprometió a implantar entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte para evitar la vuelta a una frontera física.