Los panteones permanecieron cerrados para evitar la propagación de COVID-19. Además, parte de la ciudadanía continúa lidiando con los estragos que causaron las recientes lluvias en el estado
Entre las inundaciones causadas por el frente frío número 9, y la pandemia de COVID-19, este año se vivió un Día de Muertos diferente, los panteones estuvieron cerrados y la ciudadanía continuó lidiando con los estragos de las lluvias.
Habitantes de la colonia Casablanca cerraron la avenida Ruiz Cortines para exigir a las autoridades que desalojaran el agua que está encharcada en la zona desde hace varios días. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana llegó al lugar para liberar la vía.
Ayer se reportó el crecimiento de los niveles del río Viejo Mezcalapa y Pichucalco, esto afectó a zonas bajas como el sector Carlos A. Madrazo de la ranchería Ixtacomitán, primera sección.
Los panteones permanecieron cerrados por orden de las autoridades, con el objetivo de evitar la propagación del COVID-19.
Quienes conmemoraron el Día de Muertos lo hicieron en casa y no se observaron grandes celebraciones.
“Miren como pasamos nuestro Día de Muertos, entre el agua de caño, no se vale que no nos ayude ninguna autoridad. Al contrario, nos quitaron del bloqueo que teníamos, espero que alguien nos ayude”, señaló Carmen Morales Alcudia, habitante de la colonia Casablanca.
En el sector Las Torres, de la ranchería Miguel Hidalgo, habitantes colocaron costales en el bordo de protección, pues sufrió daños. Estos montículos de tierra sirven para amurallar la laguna Covadonga y evitar inundaciones.
Mantienen viva la tradición
En medio de la inundación, vecinos del sector Carlos A. Madrazo prepararon los tradicionales tamales para conmemorar este Día de Muertos, pilar de la cultura mexicana.
Al salir a la puerta de su casa, la señora Susana Guzmán Hernández vio que el agua empezó a llegar a su vivienda y solo puede salir o entrar en una pequeña embarcación propiedad de su hijo.
“La actitud es lo que cuenta, en ocasiones difíciles tienes que dar lo mejor de ti, por eso aún no salimos de nuestras viviendas. Aunque tenemos el agua alrededor, seguimos la tradición de no olvidar a nuestros difuntos, eso es lo que cuenta, porque salud, hay, gracias a Dios. Aquí hacemos unos tamales para este día tan especial pero también difícil por los embates de la naturaleza, pero saldremos adelante”, comentó.
Relató que para preparar 80 tamales utilizó 3 kilos y medio de masa, 3 kilos y medio de carne de cerdo, manteca, hojas de tamal, chipilín y “mucho amor familiar” para reunirse con sus seres queridos.
Fue un día singular, pero esta familia no olvidó celebrar a quienes ya partieron.
FOTOS: JAIME ÁVALOS