Luis Gerardo Méndez es uno de los actores mexicanos más prometedores en su salto a Hollywood, tras su papel en la versión actualizada de Los Ángeles de Charlie, prepara su desembarco en la exitosa serie Narcos y, entre medias, estrena Medios hermanos, una comedia sobre la inmigración y la relación entre México y Estados Unidos.
“Cuando uno ríe a carcajadas, es el mejor momento para meterle una cucharada de verdad”, asegura el actor en una videollamada desde México, donde se encuentra rodando “de manera muy particular” la próxima temporada de Narcos, el fenómeno global de Netflix en el que compartirá pantalla con Bad Bunny.
Su nueva película, que se estrena esta semana, cuenta en clave de humor el encuentro de dos hermanastros criados de manera separada, uno en México y otro en Estados Unidos, bajo la dirección de Luke Greenfield, célebre por The girl next door (2004), filme que con los años ganó estatus de culto.
“En Medios hermanos cada personaje es un país, así que la cinta habla de lo que nos hace medios hermanos y hasta parecidos”, sostiene Méndez.
El actor interpreta a Renato, un joven criado en un pueblo de México que ve a su padre partir hacia EU en búsqueda de oportunidades económicas pero que no vuelve a escuchar nada sobre él.
Pasados unos años, Renato, ya un empresario de éxito, conoce la noticia de que su padre vive en Chicago y que está enfermo, motivo por el que decide visitarlo. Allí descubrirá que no solo abandonó a su familia, sino también crió a un hermanastro en una cultura completamente estadounidense y sin mencionar su vida mexicana.
CAMBIAR LA REPRESENTACIÓN DE MÉXICO EN HOLLYWOOD
“Quisimos jugar con los estereotipos y desarmarlos”, explica Méndez.
Mientras el hermano mexicano es un hombre de negocios formal, que ha trabajado toda su vida, su homólogo estadounidense es un joven-adulto que se niega a madurar y vive como un adolescente en búsqueda constante de pasatiempos.
“Era muy importante para nosotros mostrar este personaje en la pantalla de Hollywood -describe Méndez-. Un empresario mexicano de la aviación, exitoso, que se viste con trajes impecables y tiene que lidiar con un hermano malcriado que solo se preocupa por subir su desayuno a Instagram”.
LA RELACIÓN DE DOS PAÍSES A TRAVÉS DE UNA FAMILIA
Pese a que el personaje de Méndez rompe prejuicios en la representación que Hollywood suele hacer de México, la relación de los dos protagonistas se construye a partir de los prejuicios de los dos países vecinos.
Cuando el estadounidense, Asher -interpretado por Connor del Río- recibe a su hermanastro mexicano lo primero que suelta es un “ahora estás seguro” sin pararse a pensar en el estilo de vida que su familiar lleva en México.
Tampoco el mexicano se siente cómodo en EU, donde odia que la gente le hable a gritos y despacio, a pesar de que en el fondo tratan de ser hospitalarios. “Siempre he pensado que la comedia es el mejor vehículo para hablar de temas complejos”, opina.
Entre golpes de humor y ciertos clichés, la película introduce el trasfondo dramático de la inmigración y la separación de familias a medida que se descubre la historia del padre y los motivos por los que nunca volvió a contactar con México.
Su director, Greenfield, quiso rodar “una comedia con un trasfondo dramático sobre la inmigración”, pero cansado de ver siempre lo mismo decidió dar la vuelta al asunto y utilizar unas dinámicas “muy similares a las de una película romántica tradicional”.
Así, Medios hermanos hace también humor sobre el complicado romance entre dos países vecinos.