Ale Zayas era una mujer trans, maquillista de MAC de 26 que vivía con su primo, también maquillista, en la Ciudad de México. Regresaría desde el 21 de diciembre a Veracruz, para pasar la navidad con la familia pues el trabajo se habría frenado en la capital luego del anuncio del semáforo COVID en rojo.
Camino a Veracruz, decidieron, pararían en Puebla, ciudad en la que aún se podían hacer compras y pasarían la noche allí. Llegaron temprano a la angelópolis y, ya estando instalados en el hotel, Ale le dijo a su primo que tenía una cita con un hombre. Pero la cita de Ale no apareció ni respondió los mensajes al celular, así que ella creyó que ya no se reunirían.
Sin embargo, cuando los primos terminaban de comer, hacia las 5 de la tarde, el hombre mensajeó a Ale para decirle que estaba cerca del hotel. Pocos minutos después, Ale y el hombre se encontraron por primera vez enfrente del hotel. Su primo no alcanzó a ver bien su cara ya que llevaba gorra y cubrebocas, pero recuerda que vestía una camisa de cuadros de manga larga roja con naranja y pantalón de mezclilla.
Su primo y ella continuaron mensajeándose durante la cita, cuando se acercaba la hora de que terminara él regresó al lobby del hotel y la esperó en una banca que daba de frente al cuarto que habían reservado. Veinte minutos después, se escuchó un ruido muy fuerte en el hotel y al poco tiempo, la cita de Ale salió de la habitación. El primo de Ale, aclara a Crónica, que al contrario de lo que han reportado los medios, el hombre salió completamente vestido y no estaba lleno de sangre, sobre la camisa llevaba un chaleco negro desgarrado.
En cuanto salió, la cita gritó que había pasado algo sin embargo nunca acertó a dar más detalles, solo aclaró que no había sido dentro de su cuarto pero que se había escuchado muy feo. Dejó su chaleco en el elevador y se fue, el hotel no tenía personal de seguridad por lo que nadie lo detuvo.
El primo entró al cuarto y en el baño encontró muerta a Ale, en medio de un charco de sangre, ella estaba completamente vestida pero amordazada de manos y pies. No se sabe si forcejearon, ni la identidad del asesino pues Ale nunca le dijo a su primo cómo se llamaba ni en qué red social lo había conocido.
Las cifras de víctimas de crímenes de odio hacía la población LGBT son alarmantes, durante el periodo de 2013 a 2018, fueron asesinadas 473 personas y 261 eran mujeres trans, de acuerdo con datos de la asociación civil Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana. Este 2020, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio, van 45 víctimas.