Fuerzas de seguridad de Guatemala utilizaron este domingo palos y gas lacrimógeno para detener el paso de la primera gran caravana de migrantes centroamericanos de 2021 que partió de Honduras el pasado viernes y busca llegar a Estados Unidos.
Tras cruzar de forma forzosa el punto fronterizo Florido, miles de migrantes empezaron a concentrarse por la tarde del sábado en un retén militar en Vado Hondo, en Chiquimula, donde primero les pidieron documentos y una prueba negativa a Covid-19 en medio de forcejeos, que en la noche escalaron a choques.
Dos grupos que suman en total unos seis mil migrantes y que pernoctaron en la zona, se unieron el domingo temprano para tratar de atravesar la barricada de más de tres mil policías y soldados, pero fueron repelidos, informó la autoridad migratoria guatemalteca.
Videos compartidas por el gobierno de Guatemala mostraron a cientos de migrantes, muchos sin cubrebocas, presionando contra un muro de las fuerzas de seguridad, que usaban palos para repeler la oleada de personas. Un número indeterminado resultó con heridas.
Durante el choque, las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno y utilizaron una granada aturdidora para dispersar a la multitud, dijo más tarde un fotógrafo de Reuters.
La caravana se desarrolla pocos días antes de que el presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, asuma el cargo.
Aunque algunos migrantes dijeron estar alentados por una posible flexibilización de las políticas migratorias bajo una nueva administración en Estados Unidos, la dura respuesta sugiere que Biden puede beneficiarse inicialmente de las medidas de línea dura del presidente republicano saliente Donald Trump.
“Lo que había dicho el nuevo presidente, Joe Biden, dijo que iba a haber paso libre, que pasáramos todas las caravanas. Entonces yo no me explico por qué está pasando eso, por qué los guatemaltecos se ponen a favor de los norteamericanos y los mexicanos”, dijo el hondureño Joaquín Ortiz tras el choque.