Comentarios de nostalgia, otros más entusiastas y algunos más de felicitaciones y elogios hacia los participantes, acompañaron la transmisión en vivo, vía Facebook, de la tradicional Danza del Pochó que cada año se celebra en el marco del Carnaval de Tenosique, conocido tambiéncomo el carnaval más raro del mundo.
Ayer, la celebración tuvo que ser de este modo debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19. Autoridades y activistas culturales no quisieron dejar pasar esta tradición a la que incluso le dieron un significado muy especial, pues la dedicaron a quienes han fallecido y que en vida impulsaron esta tradición
La transmisión –que duró aproximadamente dos horas- dio cuenta desde la preparación de los participantes, el vestuario, la caracterización, hasta la tradicional danza que es identidad para este municipio de la frontera tabasqueña.
Así, las mujeres se cubrieron de coloridas flores: sus sombreros adornados y sus faldas amplias estampadas ondearon en un verde paraje que eligieron como escenario. La máscara de madera ocultó las expresiones, pero el ritmo inconfundible del cojoe agitó un año más las hojas de castaño. El jaguar, hecho de arcilla, complementó el ritual.
De este modo, los actores principales no faltaron a la cita y, añadiendo un elemento más a su vestuario, el cubrebocas, dieron momentos de diversión, orgullo y esperanza a muchos quienes siguieron la transmisión y se identificaron con el sonido del carrizo y el tambor, con los movimientos sutiles de las doncellas y el jocoso andar de los cojoes.
La tradición marca que la danza se realiza solo los domingos, el 2 de febrero, independientemente del día de la semana en que éste caiga, y el lunes y martes de carnaval.
El carnaval de Tenosique puede durar de tres a seis semanas, comienza el 19 de enero y termina el martes de carnaval, cuya fecha depende del santoral cristiano y que oscila entre el 13 de febrero y el 9 de marzo. Por eso este carnaval puede ser corto o largo. Lo prehispánico y lo colonial o cristiano están presentes en esta mezcla de rituales en donde vencer al mal, es la finalidad.
De acuerdo con algunos historiadores, inicialmente la danza se realizaba en el interior de las casas, ahora, es una festividad para todo el pueblo, recorre las calles y combina simbolismos que la distinguen. Da alegría a propios y extraños pues es una representación que atrae no solo a los tenosiquenses o tabasqueños, sino a gente de otras partes del país e incluso del mundo.
Ayer, indudablemente, se extrañó el bullicio por las calles, se vivió desde un monitor. “No es lo mismo, pero gracias y felicidades”; “Felicidades, gracias por regalarnos la danza aunque sea por Facebook”, fue el común de los comentarios. Otros, se sumaron al pésame por los compañeros que han fallecido. A otros esta versión les pareció más segura: “Me gusta más así, no me asoleo ni me llenan de harina”.
Conoce más de esta danza
Redacción
1)La palabra Tenosique proviene de los vocablos mayas «Ta-na-tsiic» que significan «Casa del deshilador o del hilandero».
2) La danza tiene una duración de tres días, durante tres domingos consecutivos. El número de participantes en el jolgorio varía y puede ser de 30 a 50 danzantes. Las tribus que poblaban esta región pertenecían al grupo maya, pero eran de una familia especial, con sus propias costumbres y una lengua distinta a las demás.
3) En la danza del Pochó encontramos los tres tipos de instrumentos prehispánicos que fueron usados en las ceremonias religiosas. El shiquish, que es una vara de guarumo (palo hueco) el cual se rellena de semillas de una planta parecida al platanillo llamada «chángala», que al agitarlo produce sonido, perteneciente a los idiófonos. La «caja» que es un tambor parecido al zacatán o huéhuetl, nada más que mucho más corto perteneciente a los membranófonos y la «flauta Pochó», que está hecha en carrizo y boquilla de cera negra con un cañón de pluma de pavo y pequeños silbatos de carrizo igual que utilizan los jaguares que pertenecen a los aerófonos.
EL NOMBRE DEL POCHÓ
Este nombre aparece en el Diccionario maya Cordemex como una palabra registrada en la primera mitad del siglo XIX por Juan Pío Pérez, con la siguiente definición: “un baile vedado, mitotada de indios con sus tunkules”. Así, podemos suponer que la danza es de origen prehispánico pero que fue reelaborada en tiempos coloniales. (Revista Arqueología Mexicana núm. 61).