#HISTORIASQUELATEN
Wuilly Safu, Pipito y Sandwichito salen todos los días a ganarse el pan diario con su circo urbano por las calles de la capital tabasqueña
Dos hermanos y un primo, cuyos nombres artísticos son: Wuilly Safu, Pipito y Sandwichito, provienen de una familia de artistas, y hoy, a raíz de la pandemia, con un circo urbano costean sus estudios profesionales.
El trío de primos ha obtenido la herencia familiar que es hacer sonreír a la gente, desde temprano se caracterizan y salen a realizar arte urbano y con eso sostienen sus estudios; lo más importante es que se divierten y aprenden el oficio de payaso.
Alejandro, de 23 años y Oscar Hernández Ramón, de 17, así como Cristian Yair Hernández, también de 17 años, todos son hijos de payasos; su hermano mayor, el conocido payaso Ronny, también trabaja en el arte urbano haciendo pasar un rato agradable en el semáforo a los automovilistas.
La pandemia también los afectó debido a la nula contratación para fiestas, y han pasado momentos muy difíciles, al grado de llegar a colgar el sombrero, los zapatos, el disfraz y la nariz roja para buscar otros empleos, sin embargo, en las pasadas inundaciones decidieron visitar los albergues para llenar de alegría a los niños que ahí habitaban temporalmente; el amor de ser payasos les nació y fueron reconocidos y apoyados en redes sociales cuando la entidad pasaba por tiempos difíciles.
Novedades de Tabasco los entrevistó en el crucero de la avenida Usumacinta y periférico Carlos Pellicer Cámara, e indicaron que a pesar de tener grandes problemas, estrés y mal humor, nunca hay que negarle una sonrisa a un payaso.
FOTO: JOEL RUBIO