Vida Bienestar
POR: LAURA ROSADO
LA VIDA ES HOY
Instagram: laurarosado.vidabienestar
¿Recuerdas que hace dos semanas te dejé un cuento muy bonito donde se hablaba del Ying y el Yang? Y ahora ¿Qué hago y cómo entiendo el Ying y el Yang en mi vida cotidiana?
El concepto surge de la naturaleza. Imagina que se comenzó con una observación profunda, cuando el sol salía e iluminaba una cara de la montaña, mientras la otra cara permanecía oscura. Incluso de ahí nace el significado. Ying significa “el lado oscuro de la montaña” y Yang “el lado soleado de la montaña”.
Son una dualidad, noche, día, o femenino y masculino. Esta dualidad se encuentra en cualquier aspecto de la vida:
Ying: Oscuro, húmedo, pesado, frío, abajo, terrestre, interno, lento, femenino, orden, débil, quietud.
Yang: Luminoso, seco, ligero, caliente, arriba, estreno, rápido, masculino, desorden, fuerte, movimiento.
En oriente, Ying y Yang son utilizados para entender los ciclos de la naturaleza, las estaciones del año. En la fase Ying son noches largas, tiempo más frío. Mientras que en la fase Yang los días son largos, clima más cálido.
Esta teoría viene de la tradición y filosofía China desde hace miles de años.
Significa aceptar que la naturaleza cambia constantemente, que nada es permanente, y que sucede en armonía, que el cambio se da con fluidez y la virtud está en no alterar esta armonía, dejar que todo cambie a su manera y ritmo y adaptarnos.
Lao Tse sostenía que no hay que alterar el orden natural, no alterar el universo con deseos y objetivos personales basados en la necesidad, sino hay que guiarse por la sencillez y la intuición.
Todo lo que existe y lo que podemos ver contiene dos estados, entre los que se establece un equilibrio: el día y la noche, la luz y la oscuridad, etc. Estos elementos son opuestos, pero a la vez se complementan, ya que no puede existir uno sin el otro.
Carl Jung, psicólogo y psiquiatra suizo, dedicó parte de su carrera a estudiar el Ying y el Yang. Él decía que el ser humano vive en ese dualismo, y lo adquiere en su camino por medio de la educación, de las creencias, vamos ocultando partes de nuestra personalidad que por situaciones sociales “no deben ser mostradas” y las guardamos en la sombra para no ser rechazados o juzgados. Jung decía que todo aquello que no aceptamos lo relegamos a la sombra y ese genera sufrimiento y contradicción.
El símbolo del Ying y el Yang es una onda central que divide el círculo y eso simboliza que la vida no es estática, representa la energía, el cambio y la transformación para avanzar hacia un crecimiento constante. También en el centro de cada lado hay otro circulo más pequeño con el color del lado opuesto, eso significa y recuerda que no debemos vernos a nosotros mismos en términos no absolutos, no todo es totalmente blanco o totalmente negro, todo es relativo y puede cambiar de un momento a otro, y así es como sucede. Observa tu vida, haz un pequeño recorrido en ella, y te darás cuenta en cuantos momentos y de manera inesperada han ocurrido situaciones que nadie esperaba. Y estas situaciones nos provocan alegría o tristeza, fluidez o preocupación, entonces hay que entender que para ser felices hay que aprender a convivir con la tristeza. Debemos de profundizar en nuestro autoconocimiento para equilibrar esas fuerzas opuestas, pero que a la vez se complementan, donde lo emocional y racional se encuentren en sintonía es desde un espacio de aceptación y amor.
“Acepta tu lado oscuro, entendiendo que te ayudará a moverte a la luz. Conocer ambos lados de nuestra alma, nos ayuda a todos a avanzar en la vida y comprender que la perfección no existe.
Martin R. Lemieux.
Gracias por leerme.
LAURA ROSADO/. LA VIDA ES HOY
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