Llueve sobre mojado para la minoría rohinyá. Por si no bastara con el genocidio de las autoridades de Birmania, que ha expulsado a más de la mitad de la población total de este grupo étnico de ese país hacia la vecina Bangladés, este lunes se incendió uno de los campos de refugiados donde viven.
El incendio comenzó hacia las 15:20 de la tarde, hora local, y afecta a un campamento en la región de Balukhali, en el distrito de Cox’s Bazar, en el sureste de Bangladés, según explicaron fuentes del servicio local de bomberos.
Aunque, según los reportes disponibles, el campamento no ha quedado completamente destruido, las llamas sí han alcanzado a una “vasta área” de la instalación, según dijo el portavoz de la policía de Cox’s Bazar, Rafiqul Islam.
Islam aseguró que efectivos de la policía y de bomberos se desplegaron rápidamente en la zona, y que por el momento no se han reportado víctimas.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) aseguró que el incendio ha afectado a albergues, centros de salud, puntos de distribución y otras instalaciones.
PRECEDENTES
Los congestionados campamentos de Co’x Bazar son vulnerables a este tipo de incidentes debido a las deficiencia de las instalaciones y las frágiles chozas de madera, bambú y plástico que cubren el área, aunque también se teme que algunos de los incendios puedan ser provocados.
A mediados del pasado enero un incendio dejó a unos 3 mil 500 rohinyás sin hogar después de que las llamas redujeron a cenizas más de medio millar de chozas.
Pocos días después, Unicef denunció el incendio premeditado de cuatro centros educativos para rohinyás.
POLÉMICA REUBICACIÓN
Mientras continúa la polémica en Bangladesh por el intento de las autoridades del país de reubicar a unos 100 mil rohinyás en la remota isla de Bhasan Char, con el objetivo de descongestionar los campamentos, un proceso que comenzó el pasado diciembre con el envío de los primeros 3 mil 500 refugiados y que ya alcanzan los 12 mil 400.
Unos 738 mil rohinyás llegaron a los campamentos del sureste de Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del ejército de la vecina Birmania, que la ONU ha calificado como limpieza étnica y genocidio.