La pandemia por Covid ha incrementado el número de muertes por sobredosis de drogas ilícitas –sobre todo sintéticas– en América del Norte pero México no escapa a esta tragedia pues hay una “creciente epidemia” de metanfetamina y fentanilo en el país que provoca las sobredosis en los consumidores de heroína y drogas sintéticas en los últimos meses.
La prevalencia en el uso de metanfetaminas se multiplicó por nueve al pasar del 0,1% al 0,9%” entre la población mexicana entre 2002 y 2016, advierte la Comisión Nacional contra las Adicciones en México.
México se ha convertido en los últimos años en una de las principales fuentes ilícitas de fentanilo para Estados Unidos, gracias a los precursores provenientes de China e India que entran ilegalmente al país por los puertos sobre todo de Manzanillo , en Colima y Lázaro Cárdenas, en Michoacán.
De acuerdo al Informe 2020 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes en conjunto con la ONU la pandemia ha tenido un impacto profundo en la sociedad y economía mexicanas, afectando la forma en la que operan los grupos criminales y los mercados ilícitos.
En particular, el documento señala un posible aumento en la violencia vinculada con el crimen organizado, la diversificación de actividades criminales derivada de una disminución en los ingresos por comercio de drogas ilícitas y el fortalecimiento general de grupos criminales.
Esta edición del Informe resalta un incremento en la presencia de fentanilo en territorio mexicano.
Por una parte, identifica la práctica de la manufactura de pastillas de fentanilo en México para ser enviadas a Estados Unidos; por la otra, llama la atención a la exposición al fentanilo a consumidores de heroína en el norte del país.
Un estudio en las ciudades fronterizas del norte de México citado en el Informe muestra que el 93% de las muestras de heroína en polvo y el 100% de las muestras de la droga speedball (combinación de heroína y metanfetamina) contenían fentanilo.
El fentanilo es un fuerte opioide sintético, entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos. Esta droga se vende ilegalmente en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos , rociadores nasales, ampolletas o en pastillas.
Hace unos meses, el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, informó que existen rutas desde donde viene la droga fentalino a México, pues no se produce dentro de territorio nacional.
Según el secretario, esta sustancia llega en forma de polvo y en nuestro país se crean las pastillas u otras formas en las que se venden.
El tráfico de fentanilo es redituable porque deja altas ganancias, es fácil de ocultar y es sumamente adictivo.
Un kilogramo de este opioide cuesta 400 mil dólares (aproximadamente 8 millones 394 mil pesos mexicanos). Una pastilla cuesta 20 dólares (aproximadamente 419 pesos mexicanos). Una ampolleta cuesta 10 dólares (aproximadamente 210 pesos mexicanos).
Por ello, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) demandó a los Gobiernos a colaborar con las autoridades de salud pública, farmacéuticos, médicos, fabricantes, distribuidores, asociaciones de protección de los consumidores así como encargados de hacer cumplir la ley, crear conciencia pública sobre los riesgos asociados al uso indebido de los medicamentos sujetos a prescripción médica, entre otros los opioides sintéticos producidos ilícitamente como la metanfetamina, y adoptar medidas para reducir su consumo además del riesgo de sobredosis.
La JIFE expresó su preocupación por las medidas adoptadas o previstas en algunos países para la legalización del cannabis con fines Lúdicos más allá de los médicos o científicos.
Cabe recordar que el congreso mexicano aprobó la regulación de la cananabis con fines lúdicos. En ese sentido, la JIFE reiteró las disposiciones fundamentales de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes en su forma enmendada, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 y la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988.
Asimismo hizo hincapié en la necesidad de adoptar medidas legislativas y administrativas que limitaran la producción de cannabis, su fabricación, exportación, importación, distribución, comercio, uso y posesión exclusivamente a fines médicos y científicos.