Rogelio Munguía llegó hace 40 años a Tabasco; su trabajo de escultura en bronce luce en algunas plazas y parques de la ciudad, pero ahora, moldea fibra de vidrio
Rogelio Munguía Murrieta, originario de Cuernavaca y de oficio escultor, ha contribuido a perpetuar en bronce la historia del Tabasco moderno, sin embargo, hoy en día la demanda de estas obras ha disminuido, por lo que busca otras alternativas más económicas y prácticas, como moldear fibra de vidrio.
Al llegar a su establecimiento ubicado en la calle 16 de septiembre, se puede observar la fitura de un elefante de fibra de vidrio de más de dos metros de alto, además del busto de un político tabasqueño.
Llegó hace más de 40 años a Tabasco, aquí se casó y se quedó para siempre. Fue alumno del arquitecto Ventura Marín, quien realizó varios monumentos de bronce que lucen en la ciudad.
En aquel entonces Munguía Murrieta trabajó en esculturas como la del Capitán Archirica y su madre; la tabasqueña; bustos de embajadoras y flores de oro, así como otros personajes del estado.
Pero hoy en día este trabajo ha perdido demanda entre las autoridades de gobierno, que eran quienes principalmente solicitaban estos servicios. Probablemente han pasado de moda o debido a que los monumentos son constantemente vandalizados, quizá por eso ya no se consideran prioridad.
Actualmente trabaja para el sector automotriz, moldeando fibra de vidrio. Con esto, dice, ha logrado salir adelante.
Pero no pierde la esperanza en volver a elaborar una figura de bronce o bien, ayudar a que los jóvenes aprendan y valoren este arte, por lo que está dispuesto a compartir sus conocimientos de fundir el bronce y esculpir en su taller que se encuentra frente al colegio de policía, en las instalaciones de la SSyPC.