El 75 por ciento de los rifles, pistolas y otras clases de armas de fuego ligeras están en manos de civiles, en todo el mundo. La compra-venta de este tipo de instrumentos genera ganancias por 6 mil 500 millones de dólares anuales, sin considerar el armamento pesado como helicópteros, tanques o proyectiles. Así lo explicó el investigador mexicano Carlos Pérez Ricart, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), al presentar el libro Gun trafficking and violence: From the global netwotk to the local security challenge, editado por tres mexicanos, con textos de 25 expertos de los cinco continentes.
El libro, publicado por Palgrave MacMillan y que estará a la venta a partir del 2 de junio, fue editados por tres mexicanos que laboran en diferentes instituciones y han dedicado años a la investigación sobre armas y tráfico de armas: David Pérez Esparza, Maestro y Doctor por el University College London (UCL) y actual titular del Centro Nacional de Información del gobierno de México; Carlos Pérez Ricart, Doctor por la Universidad Libre de Berlín e investigador de la División de Estudios Internacionales del CIDE, y Eugenio Weigend Vargas, Maestro por la Universidad Brown, Doctor por el Tecnológico de Monterrey y Director para Prevención de la Violencia Armada, en la organización Center for American Progress.
Estos tres investigadores confluyen desde tres corrientes de pensamiento diferentes: Eugenio Weigend es economista; Carlos Pérez Ricart es historiador, y David Pérez Esparza es internacionalista. Estos tres autores-editores fueron reunidos por el CIDE para una presentación virtual, con la participación de la investigadora colombiana Katherine Aguirre Tobón, del Instituto Igarapé, en una mesa que fue moderada por la Doctora Sandra Ley, de la División de Estudios Políticos del CIDE.
“La idea que tuvimos hace cuatro años fue entender la violencia vinculada a las armas pero no desde una perspectiva estadunicentrista ni mexicanocentrista, como había sido mi tesis de doctorado, sino buscar a los mejores expertos a nivel mundial en donde estuvieran: la academia, el gobierno, las policías, los ministerios públicos, la ONU, la OEA, y convencerlos de que valía la pena hacer un proyecto que cubriera las principales regiones del mundo”, detalló David Pérez Esparza, quien profundizó al señalar que a cada uno de los 25 expertos que participaron se le pidió escribir sobre los tres problemas principales en su región y sobre tres propuestas principales para su región.
Carlos Pérez Ricart, quien editó y co escribió el capítulo sobre América Latina se refirió a las limitaciones estatales, lagunas legales y prácticas fraudulentas que permiten la circulación de armas de fuego ligeras en América Latina y que provocan que aunque esta región es hogar el 8 por ciento de los habitantes del planeta, en ella se cometen 25 por ciento de todos los homicidios con pistolas, rifles y otras armas de fuego ligeras.
La investigadora Kathrine Aguirre, quien enfocó su trabajo en el tráfico de armas y violencia en Centroamérica y Colombia destacó un dato importante en el que se debe profundizar: el 40 por ciento de las armas ligeras que llegan a la delincuencia, en algún momento fueron propiedad de agencias de seguridad privadas.
Dentro del vasto abanico de temas que aborda el libro, Eugenio Weigend Vargas, quien ha estudiado más de 15 años la violencia con armas en Estados Unidos hizo énfasis en la idea de que la disponibilidad de armas no sólo se vincula con la violencia delictiva sino con la violencia social y al interior de los hogares.
“En Estados Unidos 60 por ciento de las muertes por armas de fuego son suicidios. La tasa de muertes por armas de fuego en Estados Unidos es 25 veces mayor que en otras economías desarrolladas y además, gran parte de la violencia doméstica contra mujeres en este país ocurre cuando ellas son amenazadas por algún familiar con un arma de fuego”, dijo Weigend Vargas.
El libro, presentado en México por el CIDE, también busca abrir una reflexión y discusión sobre la falta de más datos sobre este tipo de instrumentos que modifican la vida de familias y sociedades.