“¡Renuncia!”, “¡Váyanse ya!”, fue la exigencia que hizo el líder de la Corriente Democracia Interna del PRI, Ulises Ruiz Ortiz, a su dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas por el “pésimo resultado” en la reciente jornada electoral en donde ni en su estado, Campeche, ganó.
En su cuenta de Twitter el exgobernador de Oaxaca mandó un mensaje directo al dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) donde lo cuestiona por no ganar ninguna de las 15 gubernaturas que estaban en disputa y, por el contrario, perder ocho.
El polémico político priista escribió: “@ulisesruizor ¡Renuncia @alitomorenoc y tu CEN! por incapacidad para conducir al partido y apropiarte de candidaturas, cargos partidistas y prerrogativas, obteniendo pésimo resultado, ni un gobierno estatal de 15 (8 priistas menos) y apenas 11 diputados compitiendo solos. ¡Váyanse ya!
Posteriormente, envió un documento dirigido a Alejandro Moreno Cárdenas y a los priistas del país donde resalta que “Este año será recordado por la historia como aquél en el que el Partido Revolucionario Institucional sufrió la más humillante de sus derrotas”.
Y agregó que “en un día el partido no sólo no ganó una sola de las 15 gubernaturas en disputa, sino que perdió ocho gobiernos estatales para conservar en unos cuantos meses más, sólo cuatro entidades de las 32 que conforman la República”.
Aunado a ello agregó que “ese mismo día (6 de junio de 2021), el otrora invencible ganó compitiendo él sólo con sus siglas, únicamente once lugares en la Cámara de Diputados federal”.
Sin embargo, dijo, “los ‘dueños del partido’, los patrones de Alito, siguen sin entender que la ciudadanía se cansó de los abusos, de la corrupción, de la prepotencia que les caracteriza y, sin reparar en el rumbo que está tomando México, una mayoría indignada prefiere votar a ciegas por un falso mesías que desde su residencia palaciega pregona una transformación que nadie entiende”.
“Desde la lección del 2018, el partido debió haber iniciado una transformación integral desterrando prácticas arcaicas como la simulación, el dedazo y la grosera imposición de dirigentes y candidatos. Mas no fue así. Con oportunidad lo señalamos cuando se ‘eligió’ a la presente (¿o debo decir ‘ausente’?) dirigencia”, ironizó.
Considera que la democratización de la vida interna era necesaria para darle aliento a la militancia y nueva vida al PRI. Hoy parece tarde. En una burda maniobra se entregó el partido a Alito y sus aliados y éstos, no podía ser de otra forma, hicieron lo mismo a partir de entonces repartiéndose el botín mafiosamente adquirido entre amigos, familiares y cómplices, como si estuviéramos en los años setenta cuando ser candidato era garantía de triunfo y como si el CEN fuera patrimonio de los mismos de siempre.
Aclaró que “no hablamos desde el enojo sino desde la serena reflexión de las cifras frías. No hay resultados.
Pero sí cuestionó que “las quejas por la escasez de recursos para apoyar las campañas fueron una constante entre la mayoría de los candidatos, por no decir que entre todos ellos. Mientras Alito se paseaba por el país en aviones pagados con las prerrogativas, las campañas languidecían de inanición, sin el apoyo de un CEN omiso y ausente.
Y se preguntó: ¿Por qué el CEN, los gobernadores, y los legisladores priistas, salvo honrosas excepciones, no fueron capaces de presentarse como una verdadera oposición a la 4T?
Las denuncias pesan sobre Alito o Moreira, por mencionar algunos casos, entrega absoluta e incondicional de algunos gobernadores como el de Oaxaca (Alejandro Murat Hinojosa) o explicarían su actitud cómplice y pasiva con la cercanía ante el presidente de México”.