El trapiche es un molino con el que se obtiene el jugo de la caña y a su vez se preparaba panela, piloncillo o bien azúcar
Los tabasqueños consumen la panela, o piloncillo, que se elaboraba de manera artesanal en molinos de fuerza animal, conocidos como trapiches. Estos artefactos eran muy comunes todavía hasta la década de los 80, sobre todo por la existencia de grandes ingenios azucareros en algunos municipios del estado. En la actualidad ha desaparecido la mayoría de ellos, con lo cual se perdió esa tradición que generaba autoempleo.
El trapiche es un molino con el cual se obtiene el jugo de la caña y se fabricaba panela, piloncillo o bien azúcar. Antiguamente se utilizaba la tracción animal, aunque ya hoy se utilizan motores eléctricos o a gasolina. Los trapiches más reconocidos son utilizados en la zona centro-sur de México, y parte de Centroamérica, y la marca Campollo era la más utilizada en estos lugares.
En los ingenios azucareros estos artefactos están diseñados para grandes escalas y están conformados por varios molinos (la cantidad de molinos varía según la fábrica) compuestos por tres rodillos surcados que prensan la caña de azúcar previamente desmenuzada y extraen su jugo. Después este jugo es concentrado y cocido hasta obtener la cristalización del azúcar. Como residuo, del trapiche sale un producto fibroso que se llama bagazo, que se puede usar como combustible en las mismas calderas o como materia prima para la elaboración de papel.
En Tabasco ya desapareció la mayoría, solo quedan algunos como por ejemplo en el municipio de Jalapa. En este lugar el alcalde Electo, Fernando E. Priego Zurita visitó los vestigios que quedaron en la comunidad de Calicanto 1ª donde señaló, “me encontré uno y vale la pena conservarlo para las futuras generaciones”.
Por su parte don Andrés Olan, originario de la ranchería Torno Largo señala que su padre tuvo un trapiche que estaba en la orilla del rio. Al paso de los años, con las erosiones, el lugar donde estaba el molino desapareció. “Nosotros hacíamos panela, piloncillo, conserva y hasta alcohol de caña y me acuerdo que eran tiempos de bonanza, salíamos en cayuco a vender nuestros productos hacia el mercado Pino Suarez, todo eso ya se acabó, solo quedan los recuerdos”, comenta.
FOTOS: JOEL RUBIO
“Nosotros hacíamos panela, piloncillo, conserva y hasta alcohol de caña y me acuerdo que eran tiempos de bonanza, salíamos en cayuco a vender nuestros productos hacia el mercado Pino Suarez”
Andrés Olan
Vecino originario de la ranchería Torno Largo