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La necesidad de sobrevivir y conseguir el sustento diario, luego de más de un año de sequía económica y pandemia, ha traído de vuelta a comerciantes al centro de la capital
La situación de incertidumbre debido a la pandemia que se prolonga y a la consecuente crisis económica se refleja en el primer cuadro de la ciudad capital.
Comerciantes de comida, chicles y aguas frescas han vuelto a la Zona Luz, tal como ocurría en tiempos de prepandemia, a los sitios de mayor afluencia de peatones.
El temor al contagio se ha ido y aunque Salud estableció que la entidad se mantenga en semáforo epidemiológico anaranjado, la necesidad de sobrevivir y ganarse la vida honestamente supera cualquier advertencia.
La sensación que ha dejado el hecho de que todos los grupos de edad están siendo alcanzados por la vacunación permite que los ciudadanos se sientan más seguros de acercarse al centro de la ciudad, a pesar de los horarios restringidos, ha generado más confianza y ello ha llamado a los comerciantes, formales e informales.
SATURACIÓN
En un recorrido realizado por Novedades de Tabasco se observó en la céntrica calle Juárez a más de 30 comerciantes informales que hace unos meses no estaban laborando.
Por su parte, Salvador Sampeiro coordinador de esta popular zona, señala que se realizan operativos de verificación para evitar que crezca el mercado informal, sin embargo son muchos quienes diariamente se integran a estas actividades.
Dice el comerciante Julián Rodríguez Curi, propietario del restaurante Los Faroles: «Comerciantes en triciclo se instalan en las calles y ya nadie se puede estacionar, otra cosa es la basura que dejan por doquier y la última es que a ellos no les obligan a cerrar temprano, lo que es injusto para los que pagamos impuestos y nómina», se queja.
«Comerciantes en triciclo se instalan en las calles y ya nadie se puede estacionar”
Julián Rodríguez Curi
Restaurantero
