Un estudio molecular en cerebros de personas que murieron por COVID mostró signos de inflamación y circuitos cerebrales dañados, características en cerebros de hombres y mujeres fallecidos por enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson.
Estos hallazgos podrían ayudar a explicar la confusión mental, la fatiga y otros síntomas neurológicos y psiquiátricos del COVID prolongado, dijo Tony Wyss-Coray, uno de los autores del estudio.
Mediante una investigación publicada en la revista Nature, científicos de la Escuela de Medicina de Stanford, Estados Unidos, y de la Universidad de Saarland, Alemania, utilizaron un enfoque llamado secuenciación de ARN unicelular para analizar muestras muestras de tejido cerebral de pacientes COVID.
Descubrieron que los niveles de activación de cientos de genes en todos los tipos de células principales en el cerebro diferían en los pacientes con COVID-19 a los de las personas no infectadas. Muchos de estos genes están asociados con procesos inflamatorios.
También hubo signos de angustia en las neuronas de la corteza cerebral, la región del cerebro que juega un papel clave en la toma de decisiones, la memoria y el razonamiento matemático. Este tipo de desequilibrio de señalización se ha asociado con déficits cognitivos y afecciones neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
Un hallazgo adicional fue que las células inmunitarias periféricas llamadas células T, células inmunitarias que merodean en busca de patógenos, eran significativamente más abundantes en el tejido cerebral de pacientes con COVID-19 muertos. En los cerebros sanos, estas células inmunes son pocas y distantes entre sí.
“La infección viral parece desencadenar respuestas inflamatorias en todo el cuerpo que pueden causar señales inflamatorias a través de la barrera hematoencefálica, que a su vez podría disparar la neuroinflamación en el cerebro”, dijo Wyss-Coray.
“Es probable que muchos pacientes con COVID-19, especialmente aquellos que informan o exhiben problemas neurológicos o aquellos que están hospitalizados, tengan estos marcadores neuroinflamatorios que vimos en las personas que observamos que habían muerto a causa de la enfermedad”, agregó.
Por otro lado, el análisis molecular no mostró ningún signo del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, en el cerebro.