Tabasco, un abanico de diversidad y riqueza

Nuestro estado es cálido en todos los sentidos, tierra fértil no sólo para la flora y la fauna, sino también para las tradiciones del pueblo al que da hogar e identidad

Melissa Franco

Centro

El viajero que busque divertirse en contacto con la naturaleza encontrará lo que necesita en Tabasco. En este estado se extiende una gran variedad de ecosistemas: sus paisajes montañosos, zonas de selva, pantanos y ríos permiten practicar una larga lista de actividades tales como observación, senderismo, montañismo, campismo, caminata y rafting. Con múltiples áreas naturales protegidas, el paisaje tabasqueño es colorido, generoso y alegre, siempre lleno de vida. La flora y fauna endémica y en peligro de extinción puede ser observada y disfrutada en muchas regiones del estado, con escenarios exóticos como telón de fondo.

Tabasco es cálido en todos los sentidos, tierra fértil no sólo para la flora y la fauna, sino también para las tradiciones del pueblo al que da hogar e identidad. Las fiestas que le caracterizan encuentran raíces profundas en las tradiciones prehispánicas; están dotadas de un toque especial, místico y profundo, de un halo mágico que fascina a todo aquél que tiene la oportunidad de presenciarlas.

Fusión de estilos

Tabasco se presenta como una fusión de lo moderno y lo antiguo, lo que lo convierte en un lugar fascinante de explorar. La arquitectura moderna de la capital contrasta con sus famosas ruinas mayas y olmecas. Puede visitarse un moderno museo interactivo para niños y, enseguida, un hermoso asentamiento antiguo, un ancestral centro ceremonial y un parque natural con monolitos labrados hace cientos de años por civilizaciones ahora perdidas.

Aunque la capital crece día con día, aún conserva un aire clásico en el casco del centro histórico. Esta ciudad se ha convertido en cuna de actividades recreativas y comerciales de todo tipo, mismas que se diversifican con el paso del tiempo para continuar ofreciendo opciones de entretenimiento a cualquier visitante.

Con una extensión de apenas 330 por 195 kilómetros, el estado es conocido por sus altos niveles de humedad y por una intensa vegetación tropical como resultado de la misma. Varios ríos grandes (incluyendo los poderosos Usumacinta y Grijalva) fluyen desde las montañas cercanas y la selva tropical hasta desembocar en el Golfo de México. Las llanuras costeras dan paso a ondulantes colinas que finalmente se elevan para convertirse en la cordillera de la sierra Madre de Chiapas. Lagunas, estuarios y pantanos dominan el paisaje. De hecho, durante el punto álgido de la temporada de lluvias (septiembre-octubre), ¡casi la mitad del estado está cubierto por agua! No es de extrañar que Tabasco sea el hogar de más de 2 mil 200 especies de plantas, fabulosos parques ecológicos y una de las reservas salvajes de biósfera más encantadoras de todo México.

Los 190 kilómetros de litoral de Tabasco no cuentan con complejos turísticos, pero sí con varios pueblitos costeros que se extienden a lo largo de estuarios, marismas salobres y lagunas –los cuales vale la pena visitar si te atrae lo rústico en lugar de lo “todo incluido”–. Algunos de los muchos atractivos que se establecen tierra adentro son impresionantes sitios arqueológicos, extensas plantaciones de cacao, pintorescas ciudades coloniales y Villahermosa, la renovada capital del estado. Es posible que Tabasco sea uno de los estados más pequeños de México, pero también uno de sus estados más ricos. Sus fértiles llanuras albergan una abundante agricultura que se rinde frutos durante todo el año, mientras que enormes yacimientos de petróleo en alta mar atraen oleadas de viajeros de negocios extranjeros y mexicanos. Esto ha creado un aire de relativa prosperidad en el estado, sobre todo en las zonas periféricas de Villahermosa. Húmedo y cálido durante todo el año, el clima puede ser extremo (lluvias fuertes de mayo a octubre; un clima un poco más templado de diciembre a marzo), así que te sugerimos ir preparado. ¡El repelente de insectos es imprescindible!

Primera civilización en Mesoamérica

A pesar de estas condiciones climáticas, la primera civilización de Mesoamérica, la olmeca, prosperó a lo largo de la frontera occidental de Tabasco con Veracruz. Establecido alrededor de 1 500 a.C., este pueblo desarrolló la primera cultura no nómada en México. Los mayas llegaron más tarde para asentarse en los altiplanos del vecino estado de Chiapas. Ambas culturas construyeron grandes centros ceremoniales que, hasta la fecha, se encuentran entre los más preciados sitios arqueológicos del país. Curiosamente, Tabasco fue la “frontera” entre los imperios maya y azteca, haciéndose cargo de las relaciones comerciales entre las dos culturas. Las tres principales culturas indígenas de México han ejercido su influencia sobre el desarrollo de la región, y la presencia de las tres se puede sentir en la compleja personalidad histórica del estado.

Hoy día, los principales grupos indígenas son los Chontales (Mayas) y los Zoques. Los Chontales han habitado esta región durante unos 2 mil años y son los herederos del antiguo legado maya chontal. Conservan tradiciones ancestrales y estilos de vida que aún pueden ser observados en sus comunidades. Residen en el oeste y centro de Tabasco, organizándose en pequeñas comunidades autosuficientes que viven de la pesca, el cacao y la ganadería. Los Zoques, el segundo grupo más importante en el estado, son descendientes directos de los Olmecas. Algunas comunidades sobreviven en la actualidad, principalmente en el oeste de Tabasco, y conservan muchas de las tradiciones culturales típicas de los Olmecas. Puedes utilizar Villahermosa como una base para explorar el estado. Esta ciudad es hogar de una amplia gama de hoteles modernos, centros comerciales, museos y centros culturales. Aquí se encuentra uno de los parques zoológicos y arqueológicos más fascinantes: la Venta, asentado cerca del Río Grijalva, que podrás recorrer a bordo de una lancha. Una visita al parque-safari Yumká es imprescindible si viajas con niños.

Ríos, lagunas y petróleo

Escasamente poblado y enclavado entre los estados de Veracruz y Campeche, a lo largo del caluroso Golfo de México, el estado de Tabasco es conocido por sus anchos ríos, profundas lagunas y por ser sede de la industria petrolera de México. Este destino atrae a pocos turistas extranjeros a pesar de que ofrece todas las comodidades en su ciudad capital, Villahermosa, así como una fascinante variedad de atracciones culturales y de actividades al aire libre. Ha disfrutado de su anonimato como destino turístico; sin embargo, ha puesto en marcha una serie de programas para recibir visitantes.

Aunque la capital crece día con día, aún conserva un aire clásico en el casco del centro histórico. Esta ciudad se ha convertido en cuna de actividades recreativas y comerciales de todo tipo

Sus fértiles llanuras albergan una abundante agricultura que se rinde frutos durante todo el año

Villa y Puerto Coronel Andrés Sánchez Magallanes es una localidad del municipio de Cárdenas que posee playas muy lindas

Yacimientos de petróleo en alta mar atraen oleadas de viajeros de negocios extranjeros y mexicanos

La Iglesia San Francisco de Asís es altamente recomendable, ideal para los amantes del arte y la arquitectura. Sus altos techos laminados con oro y su enorme cúpula llena de colores y vitrales lo convierte en un sitio ideal para visitar, sin la necesidad de compartir creencias religiosas

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