Bandera: Día Nacional del Maíz
Los cultivos de este grano en nuestro estado se han caracterizado por su pureza. Se estima que un 30 % de campesinos utilizan semillas mejoradas para incrementar el rendimiento en la producción
Centro
Tabasco se encuentra libre de la presencia de maíz transgénico, ya que junto con la Ciudad de México, Guerrero y Oaxaca, no cultivan ese tipo de grano, ni siquiera como parte de una prueba experimental o piloto, revelaron técnicos especialistas e investigadores del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (CECCAM).
Tabasco, cuenta con 78 mil hectáreas de maíz sembradas, a partir de la actividad que ejercen 35 mil productores, generando 220 mil toneladas aproximadamente cada año.
De acuerdo con cifras oficiales de la delegación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), de los 35 mil productores del estado, el 30 % hace uso de semillas mejoradas, para obtener mayores rendimientos en su producción.
El dirigente de la Unión de Industriales de la Masa, Raúl Morales Cabrales dio a conocer que la entidad registra un consumo de casi 8 mil toneladas de tortilla caliente al año, mientras que el de maíz ronda en más de 300 mil toneladas, expuso por separado el ex delegado de la desaparecida Sagarpa, Carlos Hernández Reyes.
“Los tabasqueños pueden tener la certeza de que toda la tortilla caliente que consume se deriva de maíz cultivado sin alteración genética”, apuntó Morales Cabrales.
Por su parte el microempresario Carlos Mario de Notario, dueño de una de los más importantes expendios de pozol en Villahermosa, dijo que el consumo de esa bebida elaborada a base de maíz y de cacao ronda en los más de 50 mil litros al año; todo libre de insumos hormonados, agregó.
Problemática incierta
El estudio realizado por el CECCAM asienta que el problema de los transgénicos radica en que no se sabe con certidumbre las consecuencias que acarrean en términos de salud y ambientales, sino que también ponen en riesgo algunas de las materias primas autóctonas de México.
La expansión del cultivo de transgénicos ha sido tan evidente que, entre 2005 y 2017, sólo la Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca y Tabasco permanecieron como territorios “libres” del cultivo experimental y comercial de este tipo de productos.
A finales del año pasado, por ejemplo, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) reveló que a pesar de que en México está prohibida la siembra y distribución de maíz transgénico, el 91.3 por ciento de los productos industriales de maíz contienen algún producto genéticamente modificado –inclusive en aquellos etiquetados como “artesanales” o “libres de transgénicos”–.
Pese al aumento, hasta 2016, México tenía 100 mil hectáreas de cultivo de productos transgénicos, refieren datos del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones de la Agrobiotecnología (ISAAA, por sus siglas en inglés).
Los cultivos transgénicos “son organismos creados en el laboratorio con una técnica que permite insertar genes de bacterias, plantas o animales a cultivos como el maíz y la soya”, refiere Greenpeace en su Guía roja y verde de alimentos transgénicos.
Sólo entre 2005 y 2018, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) autorizó la liberación de transgénicos en 24 estados de la República: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Por esos años, sobre todo entre 1996 y 1998, las solicitudes de experimentación en campo aumentaron, por lo que en 1999 y hasta 2005, Sagarpa –integrante de la CIBIOGEM– impuso una “moratoria de facto” o prohibición a la siembra experimental y comercial del maíz transgénico.
Hace 9 años, un estudio de la UNAM reveló que menos del 10 por ciento del maíz de las tortillas en la capital contenían transgenes. Sin embargo, en 2017, una investigación reveló la presencia de secuencias de genes alterados en un 82 por ciento de las botanas de todo el país, tostadas y cualquier harina con maíz como fuente.
La investigación, liderada por el Instituto de Ecología establece que un 90.4 por ciento de las tortillas en el país también tendrían presencia de transgenes. Destaca que la mayor fuente de tortillas sin transgenes proviene de las zonas más rurales, mientras que entre más procesada sea la tortilla, fueron encontradas mayores alteraciones.
La explicación pasa por entender una de las principales desventajas del maíz transgénico. Esencialmente, es imposible cultivar maíz transgénico, sin provocar una reacción en cadena que ocasione que los transgenes terminen en el maíz que inicialmente no era transgénico.
Cambió el rumbo
La organización ambientalista Greenpeace México celebra el Decreto que marca la prohibición del maíz transgénico y la prohibición progresiva del glifosato hacia 2024 publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre del 2020.
Impulsar la prohibición en México de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) también denominados como transgénicos ha sido motivo de innumerables batallas desde hace 21 años para Greenpeace México.
Greenpeace México junto con diversas organizaciones campesinas, de consumidores, académicos, investigadores, artistas e intelectuales hemos denunciado que los transgénicos y su paquete tecnológico ocasionan daños a la salud humana y medioambiental. Tal como las y los científicos lo han comprobado en diversas investigaciones.
Tanto los transgénicos como el herbicida glifosato, tienen graves repercusiones para las y los agricultores y los pueblos indígenas de México. También se pone en riesgo la diversidad de variedades agrícolas conservadas en los campos que resultan fundamentales para la producción de alimentos en nuestro país. Lo cual nos aleja cada vez más de gozar de soberanía y autosuficiencia alimentaria.
Hay que resaltar que México es considerado el centro de origen, de domesticación y de diversificación de 59 razas de maíz y de otros cultivos, entre ellos, el chile, el frijol, la calabaza, la vainilla, el algodón, el aguacate, cacao y el amaranto.
México prohibió el maíz genéticamente modificado y eliminará gradualmente las importaciones durante los próximos tres años como parte de los esfuerzos del Gobierno para lograr la autosuficiencia en la producción de alimentos.
La nación revocará los permisos y se abstendrá de otorgar permisos nuevos para la liberación de semillas de maíz transgénico, según un decreto publicado la semana pasada. Para 2024, México eliminará gradualmente las importaciones de maíz transgénico y también el uso de glifosato, el herbicida más utilizado en Estados Unidos que se encuentra en productos como Roundup de Bayer AG.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha prometido fortalecer la autosuficiencia de México en la producción de energía y alimentos, con el objetivo de reducir las importaciones de gasolina y otros productos. El mandatario dijo que la decisión de eliminar el maíz transgénico también ayudará al medio ambiente.
¿Qué es transgénico?
Son organismos genéticamente modificados, es decir, que se les introducen genes de otras especies para alterar sus funciones. Estas alteraciones pueden ocasionar daños a la salud y al medioambiente.
“Los tabasqueños pueden tener la certeza de que toda la tortilla caliente que consume se deriva de maíz cultivado sin alteración genética”
Raúl Morales Cabrales
Dirigente industrial
CIFRAS:
- 300 mil toneladas el consumo de maíz en Tabasco
- 220 mil toneladas produce el Estado
- 80 mil se compran fuera
- 8 mil toneladas el consumo de tortilla caliente
- 150 mil litros el consumo de pozol
Pureza en el grano:
Estados donde no se cultiva maíz transgénico
- Tabasco
- Guerrero
- Ciudad de México
- Oaxaca
Fuente: Seder, CECCAM, Unión de Industriales de la Masa y la Tortilla
El 31 de diciembre del 2020, el Gobierno Federal publicó en el Diario Oficial la prohibición del maíz transgénico y la prohibición progresiva del glifosato hacia 2024
De este cultivo proviene un poco más de la mitad de la ingesta calórica y cerca de la tercera parte de la ingesta protéica de todos los alimentos que están en la dieta del mexicano