Fuerte dependencia del mundo a los monopolios virtuales

Apagón

Facebook, Instagram, Messenger y WhatsApp, usados diariamente por cientos de millones de personas en todo el mundo para enviar miles de millones de mensajes, sufrió este lunes la peor caída de su historia, dejando al descubierto la enorme dependencia y vulnerabilidad del mundo a los gigantes tecnológicos, concentrados en pocas manos y con prácticas monopólicas.

Cuando el mundo, golpeado aún por la incertidumbre de la pandemia, se decide entre el teletrabajo, las clases virtuales y el comercio on line, o el regreso a escuelas, comercios, bancos y fábricas, la caída de las tres redes que controla la matriz Facebook, cuya cabeza visible es Mark Zuckerberg, ha hecho saltar las alarmas por la excesiva concentración de una herramienta tan poderosa como las redes sociales en muy pocas manos.

De hecho, uno de los factores más inquietantes del “apagón” virtual de ayer en estas redes sociales es que los responsables de Facebook desconocían qué había pasado, si se trató de una cadena de fallas humanas y técnicas, o se trató de un ataque brutal cibernético.

“Gracias por soportarnos”

Al contrario que en otras caídas del servicio, la de ayer fue particularmente grave porque esta vez el servicio estuvo completamente inaccesible, hasta que empezó paulatinamente a recuperarse a partir de las 17.30 (hora de México).

Momentos después, Andy Stone, responsable de la comunicación oficial de la empresa confirmaba en la “rival” Twitter —que no dejó de funcionar— que los servicios y aplicaciones de la compañía estaban volviendo a ser accesibles. “Gracias por soportarnos”, concluía su mensaje, sin dar una pista de lo que había ocurrido.

80 millones de afectados en México

El nivel del problema se podría medir en la enorme capacidad de penetración de las marcas de la compañía de Zuckerberg. Según la firma Statista, México registró en 2020 unos 80.9 millones de usuarios de WhatsApp y se espera que para 2026 sean alrededor de 97.2 millones de usuarios.

La consecuencia es que más de 80 millones de mexicanos (de un total de 128 millones) se quedaron incomunicados virtualmente; y algunos con nomofobia, que consiste en el miedo irracional a perder su celular o a no tener internet.

Además de la incomodidad o el malestar a quedar incomunicado en las redes sociales, la caída en las redes genera una ralentización en todo tipo de compraventa y tratos comerciales, con el consiguiente perjuicio para la economía, como ha advertido el propio presidente de EU, Joe Biden, quien presiona al Congreso para que libere fondos en la lucha contra los ciberataques y también contra prácticas monopólicas de los gigantes de la comunicación.

El problema no es, ni mucho menos, propio de Estados Unidos, sino de todo el mundo, que está ya interconectado.

Según el informe Panorama del Ecosistema de Ciberseguridad, los 100 ciberataques más importantes representaron un impacto económico de 18 mil millones de dólares en pérdidas.

Días oscuros para Zuckerberg

La histórica caída de Facebook y todas sus redes ayer coincide con unos días muy complicados para la mayor red social del mundo.

Tras varias exclusivas demoledoras del diario “The Wall Street Journal”, sobre la falta de ética de la empresa, más preocupada de ganar dinero que de los usuarios, el domingo se conoció la “garganta profunda” que ha dejado la imagen de Zuckerberg por los suelos.

Se trata de Frances Haugen, una ingeniera informática de Iowa de 37 años y empleada de Facebook entre 2019 y 2021, que reveló su identidad el domingo por la noche.

En un programa de máxima audiencia de la cadena CBS, Haugen confirmó que la compañía priorizaba siempre la búsqueda de beneficios por encima del interés del público. “Facebook siempre escogía optimizar su propio interés, ganar más dinero”, aseguró.

El escándalo ha adquirido tal nivel que Haugen ha sido llamada a declarar este mismo martes en el Congreso de EU sobre su experiencia. Allí se encontrará con una imagen inaudita: demócratas y republicanos puestos de acuerdo, por fin, en una cosa: la creciente hostilidad contra el enorme poder sin competencia que han alcanzado compañías como Google o Facebook, con dinero suficiente para derribar o comprar a cualquier rival.

Acerca de NOVEDADES

Te puede interesar

Cambio climático y contaminación pueden matar a 30 millones al año para 2100

La mortalidad anual atribuible a la contaminación del aire y las temperaturas extremas puede alcanzar …