HISTORIAS QUE LATEN
Nacajuca
En Nacajuca, Jesús Santiago vende bolis de una manera muy peculiar: vestido de la muerte. Usa una máscara y una güadaña con la que, previo al Día de Muertos, invita a la gente a visitar los panteones.
Él perdió a su familia en un accidente, sus hijos y su esposa, y la tristeza que lo invade sobre todo en estas fechas, la emplea para alentar a los vivos a no olvidar a sus muertos y recordarlos especialmente el próximo 2 de noviembre.
Comenta que ya muy pocas personas acuden el Día de Muertos a visitar a sus familiares, y las tumbas lucen sucias y abandonadas.
Esta indiferencia –dice- le duele, pues no hay día en que él no recuerde a su familia.
Por lo anterior, cada cliente que se acerca a comprarle recibe el consejo de su parte: “No olvidar a nuestros muertos y disfrutar a los vivos; querer a la familia, disfrutarse entre sí, abrazarse, amarse, pues la vida se va demasiado pronto”, expresa.
Cada día sale a ganarse la vida vestido de calaca