Por generaciones las familias chontales elaboran este producto, que simboliza la luz que guía a los fieles difuntos
Centro
La familia Pérez Esteban, con anticipación se prepara para el Día de Muertos, al elaborar cientos de velas de sebo. Sus antepasados decían que la luz de este material sirve para iluminar la llegada de las almas de quienes se marcharon y que vienen de visita en los últimos días del mes de octubre y los primeros dos días de noviembre.
En el poblado Mazateupa, corazón chontal de Nacajuca, la familia de don Bertaño Pérez Esteban, comenta que su abuelo comenzó con esta tradición hace más de 100 años, y que la heredó a su padre y así ha ido sucesivamente de generación en generación, hasta hoy en que a pesar de las vicisitudes, sigue más viva que nunca.
Este lugar se encuentra a 40 kilómetros de la capital del estado, aquí don Bertaño, cuenta con un área especial para trabajar, cerca de su cocina. Es un pequeño taller que monta para esta temporada, en él, junto a su familia que se integra por ocho personas, está listo para trabajar arduamente, debido a que desde este lugar sale la mayor cantidad de velas que se consumen en gran parte del estado.
La pandemia de COVID-19 y el cierre de los panteones el año pasado, afectó la tradición de quemar velitas, aunque muchos lo hicieron en sus hogares, no fue lo mismo.
Siempre se han enfrentado a mucho obstáculos, principalmente a la mala situación económica que hace que muchas familias prefieran gastar en otras prioridades; otro factor que los afecta es que muchas personas han cambiado de religión, y ello ha reducido sus ventas y, ahora, la pandemia que el año pasado prácticamente anuló la celebración.
Este año, con el anuncio de la apertura de los panteones, tienen fe en que les irá mejor, y los fieles difuntos, tendrán su camino iluminado, como dice la creencia de sus abuelos.
LA ELABORACIÓN
Estas velas se elaboran a base de grasa de res, que en un inicio se hierve para poder moldearse. Esta empresa utiliza un tanque de 100 litros, sobre el que se coloca un bastidor con seis varas de madera y en cada una de ellas se amarran 10 pabilos o hilos de 30 centímetros, los cuales sirven como base para la elaboración de la vela.
El bastidor se introduce a los tanques del aceite, en repetidas ocasiones hasta que la vela tenga el grosor deseado.
Ya que las velas están listas se dejan enfriar y se retiran de los bastidores, luego se forman los mazos de 10 velas cada uno y tienen un costo de 1 peso por vela a menudeo.
La familia Pérez Esteban produce 1500 velas diarias. Este año han fabricado miles de velas de sebo y para esta fecha ya están surtidas todas las tiendas.
“Nuestros antepasados decían que estas velas sirven para iluminar las almas de los fieles difuntos en el día de muertos, mucha gente aún así lo cree”
Bertaño Pérez Esteban
Artesano
Se utiliza un tanque de 100 litros para calentar la grasa de la res, de donde se obtiene el sebo
El bastidor se introduce a los tanques del aceite, en repetidas ocasiones hasta que la vela tenga el grosor deseado
Se coloca sobre un bastidor con 6 varas de madera
Se amarran 10 pabilos o hilos de 30 centímetros, los cuales sirven como base
Bertaño Pérez Esteban
Ya que las velas están listas se dejan enfriar y se retiran de los bastidores
Se forman los mazos de 10 velas cada uno